miércoles, 29 de junio de 2011

Diez mitos sobre el Botox y los rellenos faciales

Ambos productos son los más usados en cosmética para atenuar las arrugas de expresión. Lo que hay que saber antes de aplicarlos
En una presentación realizada por el laboratorio Allegran, la médica dermatóloga pionera en el uso de BOTOX® en la Argentina, Rosi Flom, explicó cuáles son los mitos en torno a estos procedimientos no invasivos, cada vez más demandados por los pacientes.
Durante el encuentro también se presentó Soft Lift, nueva propuesta de la compañía para quienes buscan una piel más joven.
“Hoy el avance en la técnica de aplicación de Botox® y Juvéderm® permite lograr resultados naturales. La combinación de estos dos procedimientos recibe el nombre de Soft Lift® y es la última tendencia en rejuvenecimiento facial”, explicó la especialista al tiempo que enumeró las leyendas más comunes que circulan en torno a los tratamientos estéticos.
Mito 1: “Con Botox ® perdés la expresión, no podes gesticular. Botox® deja caras asustadas”. Botox® es una proteína que relaja temporalmente el músculo en el que se aplica. Se utiliza para atenuar las arrugas de expresión y si está aplicado en los puntos y dosis correctos, refresca el rostro, lo hace lucir saludable y descansado sin que la gente lo note.
Mito 2: “Una vez que se van los efectos, uno se ve más defectos que antes”. Todo lo contrario. Además de reducir las arrugas, las previene. Al mantener los músculos relajados durante los 4 a 6 meses que dura su efecto, se evita la profundización de las arrugas existentes y la aparición de nuevas arrugas. Asimismo, cuando se aplica Botox® existe una reeducación de la mímica facial por la que algunas arrugas disminuyen o desaparecen.
Mito 3: “El Botox® deforma los labios”. No se aplica en los labios. Los labios contundentes, exagerados, deformes, son los que se rellenan con rellenos permanentes como la silicona o el metacrilato que migran con el tiempo y no acompañan el proceso de envejecimiento fisiológico. Hay rellenos de ácido hialurónico que son reabsorbibles y pueden rellenar los labios de manera totalmente natural.
Mito 4: “Botox® no se puede aplicar muchas veces porque es una toxina”. Se utiliza en neurología en dosis mayores a las cosméticas en forma regular por lo que no hay riesgos en su uso estético ni en el uso repetido. El único recaudo es dejar pasar 3 meses entre aplicación y aplicación para no desarrollar anti cuerpos.
Mito 5: “Hay cremas con Botox® o efecto Botox®”. De ninguna manera una crema puede lograr los resultados que se logran con Botox® ya que actúa a nivel del músculo mientras que las cremas actúan a nivel tópico.
Mito 6: “Es peligroso aplicarse Botox®”. Los efectos adversos aparecen en menos del 1% de los casos, y en caso de darse son leves, localizados y temporales. Pueden ser enrojecimiento y/o dolor en la zona de aplicación, algún pequeño hematoma o dolor de cabeza causado por la tensión en el momento de la aplicación.
Mito 7: “Botox® es para mujeres mayores de 40 años”. Cada vez es más frecuente la aplicación de Botox® con efecto preventivo. Se recomienda su uso a partir de los 30 años, cuando empiezan a surgir las arrugas de expresión. La aplicación en niños y adolescentes con fines estéticos es inadecuada y es una práctica innecesaria, ya que no existen arrugas de expresión.
Mito 8: “Los rellenos “inflan” la cara”. La finalidad de los rellenos es reponer el volumen que se perdió con el paso del tiempo, no agregar volumen donde nunca lo hubo. Además, los rellenos de ácido hialurónico, son reabsorbibles por lo que permiten acompañar el proceso de envejecimiento. Los rellenos permanentes son los que dan la sensación de “inflado”. Un relleno que se aplicó en un área a los 30 años probablemente no va a ser adecuado a los 60 años cuando el rostro sufrió modificaciones por el paso del tiempo.
Mito 9: “Hay distintas calidades de Botox®Botox® es una marca. Cada marca de Toxina Botulínica Tipo A tiene un perfil de eficacia y seguridad. Botox® es la marca pionera y cuenta con más de 3.000 publicaciones acerca de su eficacia y seguridad. Es importante pedirle al médico que muestre siempre el producto que está aplicando para asegurarse de que esté aprobado por los organismos regulatorios.
Mito 10: “La aplicación de Botox® o rellenos duele”. Botox® se aplica por medio de micro inyecciones y es indoloro. En caso de pacientes con un umbral de dolor bajo se pueden aplicar cremas anestésicas para reducir la molestia de la aplicación. En el caso de los rellenos, en la línea Juvéderm® hay con un anestésico local en su formulación. Esto brinda confort tanto al médico como al paciente.

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