lunes, 31 de octubre de 2011

Calzan más de 40 y se unieron para pedir una ley que las ayude a encontrar talle




Dieciocho mil mujeres organizaron una red para hallar su número y pedir que las tengan en cuenta.

Hasta el año pasado, el 43 era el número más pedido. Las chicas 44 comenzaron a multiplicarse y llegó a convertirse en un número habitual. Este año aparecieron las primeras 45, después vinieron las 46 y ahora también hay una socia que calza 47”. La que lleva el registro de socias y pasa lista de nombres y talles es Inmaculada Ruiz Santana, creadora del Club del Pie Grande, una red que nació casi de casualidad y hoy tiene más de 18 mil socias que comparten un mismo problema.
Son mujeres que calzan más de 40 y no encuentran zapatos. O cuando encuentran, no son los de su agrado, pero no les queda otra que comprarlos. Se calcula que hay más de 15 mil mujeres que calzan más de 40. Piden una ley para poder elegir de acuerdo a su gusto y no solamente “los que consigan”. Según “Inma”, como la llaman muchas socias, “los talles más pedidos son 42 y 43, pero vienen chicas con los pies cada vez más grandes”. Pero Inma, que calza 41, y tiene 4 hijas que calzan entre 42 y 43, el club no sólo consigue zapatos, sino que también funciona como una consejera anímica para las chicas. “A muchas les da vergüenza y frustración ir a comprar. Es feo que lo que está en las vidrieras nunca sea para vos. Entonces a las que vienen por primera vez les pregunto cuánto calzan y les traigo talles más grandes. Así las aflojo un poco”. Es que de acuerdo con los testimonios que recogió Clarín, la mayoría de las chicas se queja de que no puede conseguir zapatos, y dice que son “normales”, como si fuera necesario aclararlo.
Mónica Alvarez es otra socia del club. Calza 42 y sus hijos, 50 y 40. “Somos gente normal, sin enfermedades raras, simplemente grandes. Nos cuesta conseguir calzado y ropa”, cuenta Mónica.
La ley de talles actualmente exige tamaños máximos y mínimos sólo para la ropa, pero no tiene en cuenta a los zapatos. Hay un proyecto en la Legislatura porteña, pero todavía está lejos de entrar en vigencia. “Ni siquiera se cumple la ley de talles, que ya está sancionada. Así que esto es todavía más difícil”, dice Sandra González, de ADECUA, una asociación que defiende a los consumidores.
“De chica me daba vergüenza comprar zapatos, era una frustración”, comenta Carolina Barone (calza 43). Irene Alcaino (talle 42) también tiene el mismo problema en Mendoza. “Llegué a usar mocasines o alpargatas de hombres. Me quisieron cobrar 500 pesos por un par de zapatos especiales”.
“Toda mi vida tuve este problema. Un día tenía que ir a una fiesta y dije no puede ser que tenga que ir de zapatillas. La primera vez que fui al club me sentía como un chico en una juguetería. Me probé tantos pares que no lo podía creer”, dice Luciana Basso, 24 años y 42 bajo las suelas. “Necesitamos indumentaria y calzado al igual que todos”, dice Luciana.
“Los zapatos son como las ollas. No se tiran. Nos traen los que están un poco rotos, los recibimos acá y los arreglamos. Así también funciona el club”, afirma Inmaculada, mientras chequea el sitio www.clubdelpie.com.
“Mis recuerdos a la hora de comprar zapatos son terribles”, dice Liliana Krawicky, 44 años y talle 41 y 1/2 de zapatos. ”Siempre usaba lo que había en mi número, nunca lo que me gustaba”. También, como Inmaculada, Liliana tuvo hijas que heredaron su problema. “Mi hija tiene 13 años y calza 47. Pero se lo toma con naturalidad, se ríe. No lo vive con la carga que lo viví yo cuando no estaba el club. Nuestra vida sin el club, tal vez, sería muchísimo más complicada”.

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