La exfoliación facial, es una parte importante de nuestro ritual de belleza ya que sirve para tener la piel libre de toxinas y pieles muertas. Todo tipo de piel necesita una exfoliación de vez en cuando, pero si no sabes hacerlo correctamente puedes irritar y lastimarte, consiguiendo el efecto contrario.
Lo primero es humedecer la piel con agua tibia, tanto de la cara como el cuello y procurar que este limpia sin restos de maquillaje. Acto seguido aplicamos el producto exfoliante y para que quede de forma uniforme, aplicamos en la nariz, en la frente, en la barbilla, en las mejillas y en el cuello.
Extendemos el producto y vamos haciendo un ligero masaje con las yemas de los dedos y ejerciendo presión, pero sin pasarse. Los movimientos deben ser circulares y presta más atención a las zonas como la nariz y la barbilla, que suelen ser las que más problemas presentan.
Para retirar el producto, usa abundante agua tibia para retirar todas las pieles muertas. Y por último solo queda aplicar un tónico adecuado para tu tipo de piel y la crema hidratante. Y recuerda que cuanto más limpia se mantenga tu piel, más sana estará.
Vía: Hola
Imagen: Salud Bienestar
De: http://www.deguapas.com
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