La piel del contorno de ojos es especialmente frágil y muy fina (tres veces más fina que la del resto de la cara), además de tener menos glándulas sebáceas. Esto provoca que sea muy vulnerable a las agresiones externas y al paso del tiempo, factores que provocan la aparición de las desfavorecedoras ojeras y bolsas.
Problemas de circulación, estrés, cansancio, falta de sueño, predisposición genética… todos ellos son factores que provocan la aparición de las temidas ojeras. Las bolsas, a diferencia de estas, aparecen debido a una circulación linfática deficiente, un problema que se agudiza por la noche al estar tumbados.
Si quieres combatir las ojeras o bolsas, y devolver la luminosidad perdida a tu mirada, es necesario que utilices un producto específico para el contorno de ojos. Además de estar formulados con ingredientes que respetan la sensibilidad de la piel de esta zona, se presentan en texturas especialmente finas y ligeras.
A partir de los 30, deberás incluír una fórmula para el contorno de ojos en tu rutina cosmética diaria. Dos veces al día, por la mañana y por la noche, con la piel limpia, aplica una pequeña cantidad y extiéndela suavemente con la yema del dedo. Además, si en cualquier momento notas la piel seca o tensa, no dudes en hidratarte la zona.
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