miércoles, 7 de diciembre de 2011

Niemeyer, inspirado en las curvas



Oscar Niemeyer, el arquitecto más famoso de Brasil, siempre tuvo pasión por las curvas. Por eso ahora, a los 103 años y en su debut en la joyería, aprueba una colección para H. Stern creada en su honor y basada en sus bosquejos, que ya se consigue en BA.

El jueves pasado, en el local que H. Stern tiene en Florida al 1001, se presentó la nueva colección de joyas H. Stern by Oscar Niemeyer, una idea que nació por iniciativa del director creativo de esta firma que siempre privilegió las formas orgánicas y curvilíneas. Una curiosidad, o más bien una pasión, que la marca tiene en común con el arquitecto brasileño considerado uno de los hombres más influyentes en la arquitectura moderna internacional, responsable entre otras cosas del proyecto Brasilia, la capital del país construida a fines de la década del 50, y muchos otros íconos de la construcción, incluyendo el edificio central de la ONU en New York (proyecto del cual participó con el arquitecto francés Le Corbusier), el Parque Ibirapuera en San Pablo y el Museo de Arte Contemporáneo de Niteroi.

Ahora Niemeyer por primera vez aprueba una colección creada en su honor, basada en algunas de sus grandes ideas.

Los diseñadores de la joyería no se inspiraron en la forma final de las obras consagradas de Niemeyer sino en sus trazos y contornos, con los que él parece torcer las rectas de sus monumentos de concreto y transformar las curvas en la solución natural para su idea. H. Stern imitó su fórmula y la plasmó en oro y diamantes, en una colección que se divide en seis líneas bien distintas, que llevan el nombre de diseños, obras y proyectos famosos de Niemeyer. Por ejemplo, las cúpulas cóncavas y convexas que componen el edificio del Congreso Nacional en Brasilia (línea "Brasilia") dieron forma a una pulsera liviana de oro amarillo en la cual líneas continuas y vacías envuelven la muñeca. La inspiración de la línea “Pampulha” viene del diseño sinuoso del techo de la Iglesia de San Francisco de Asis en Pampulha, en Minas Gerais, creada en los 40’s y por entonces muy controvertida por sus formas osadas. H. Stern plasmó esta idea en anillos, aros y pulseras en oro blanco y diamantes.

La obra de Niemeyer también incluye garabatos maravillosos, de un atractivo muy particular, como aquella mano anónima que sostiene una flor de cuatro pétalos que remite a diseños infantiles, muy simple. “Flower” fue influenciada por este garabato, y se refleja en colgantes y pulseras en oro amarillo que representan la flor, una flor calada, en referencia también a la valoración del arquitecto a las áreas vacías: “No puedo comprender a aquellos que tienen miedo a los espacios libres. El espacio hace parte de la arquitectura”. Y en este caso, también de la joyería moderna.

Aunque no te las puedas comprar, estas piezas de colección son verdaderas obras de arte para admirar. Pasate por el local de H. Stern.

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