miércoles, 7 de marzo de 2012

Contra el paso del tiempo

Invertir en cuidados hoy para ver resultados mañana es la consigna para dar batalla al envejecimiento; rutinas básicas para tener una piel radiante según la edad

El tiempo no pasa del mismo modo para todas las pieles. y, aunque parezca increíble, la genética es responsable sólo en un 25 por ciento del envejecimiento de la piel, mientras que los factores externos y los hábitos influyen en el 75 por ciento restante. El sol, el tabaco, el estrés, exponerse a condiciones climatológicas extremas, o a entornos contaminados, la sequedad ambiental o la falta de regularidad en el cuidado de la piel son algunos de los condicionantes que provocan la aceleración de los signos del paso del tiempo. Por eso, lo que hagamos (o dejemos de hacer) va a influir necesariamente en la salud y estética de la piel. Cuanto antes se aprenda a cuidarla, menor será luego su deterioro.
¿Cuándo empezar? Los especialistas rinden sus respetos a la mayoría de edad: los 21 es el momento ideal para poner en marcha una rutina de cuidados cosméticos simples. Limpiar, tonificar, hidratar, nutrir y proteger son las claves para prevenir arrugas tempranas y hacerle frente a las impurezas, las manchas, la sequedad y los problemas que pudieran aparecer.
Si te acordaste un poco tarde... ¡a no desesperar! En esta nota, consejos para todas las edades:

A los 30

 
Cambios. En esta década, aunque se conserva aún la imagen juvenil, la piel comienza a verse cansada y menos radiante. Los daños del medio ambiente –como el humo, la polución o los rayos solares– se empiezan a notar en la dermis. Así, aparecen las líneas de expresión y en el primer lugar donde lo hacen es la frente. La exposición al sol o una buena cantidad de horas frente a la computadora pueden producir, también, finas arrugas alrededor de los ojos. El daño solar acumulado puede aumentar la aparición de pequeñas manchas marrones. Y es común encontrar vasos sanguíneos dilatados a ambos lados de la nariz.
Necesidades. Hidratar, proteger, prevenir microdaños y reducir microtensiones.
Rutinas . Los cuidados deben incluir, por la mañana y por la noche: limpieza, exfoliación (de dos a tres veces por semana), tonificación, hidratación y protección solar (a la mañana). Incluir en la dieta alimentos con vitaminas A, B, C y E que permiten a la piel luchar contra los radicales libres, repararse y generar las enzimas que estabilizan la producción de colágeno.

A los 40

 
Cambios. El proceso de renovación celular empieza a ser más lento: en este recambio natural un grupo de células cutáneas muere para dar paso a otras nuevas. El fenómeno se repite cada 28 ó 30 días en una piel joven pero, a medida que pasa el tiempo, se hace cada vez más lento. Su manifestación es la pérdida de firmeza y elasticidad. La cantidad de fibras de colágeno disminuye; se tornan más duras, se rompen y se enredan. Por su parte, las fibras de elastina pierden la elasticidad, se amontonan y se deshilachan. Por eso se forman surcos o arrugas y comienza el proceso de flacidez cutánea.
Necesidades. Hidratar, nutrir, estimular la síntesis de colágeno y el efecto tensor para disminuir las arrugas. Es importante comenzar a tratar la zona del contorno de ojos para prevenir la inflamación y la aparición de bolsas.
Rutinas. Incorporar una rica crema nutritiva a la noche. Para mejorar el tono, se recomienda exfoliar tres veces por semana. Para los ojos, aplicar por la mañana y por la noche un producto que hidrate, proteja y prevenga el envejecimiento prematuro. En esta zona tan delicada la urea es una excelente opción, junto con la coenzima Q10, el ácido hialurónico y la vitamina E que evitan las arrugas.

A los 50 y mas

 
Cambios. La revolución hormonal que la menopausia produce en el organismo también afecta a la piel: los niveles de estrógeno decaen y esto se traduce en menor elasticidad y firmeza. Así, es probable que las líneas y las arrugas estén más profundas, sobre todo alrededor del labio superior de la boca. Además, el tamaño reducido de las glándulas sebáceas produce sequedad y fragilidad. Por su parte, los efectos acumulativos del sol incluyen líneas pronunciadas y una pérdida masiva de colágeno y elastina, encargadas de mantener la firmeza de la piel. Las manchas marrones que no fueron tratadas en el pasado serán más prominentes y nuevas manchas (en forma de pecas) continuarán apareciendo.
Necesidades. Mejorar la resistencia de la piel, fortaleciendo la barrera de protección. Además, se debe prestar atención a la hidratación, la nutrición y la reconstrucción de los tejidos.
Rutinas. La limpieza, la tonificación y la hidratación siguen siendo la base de la lozanía. Las cremas con vitamina A brindan una hidratación profunda, favorecen la renovación de las células y el mantenimiento de la estructura de la epidermis. Será necesario recurrir a productos específicos por las noches, ya que al dormir se ponen en marcha todos los mecanismos de regeneración y reparación de los tejidos. De ahí que los productos para este momento del día tengan texturas más ricas y untuosas, y cuenten con ingredientes más potentes..


http://www.revistasusana.com

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Te leo...

Seguidores