jueves, 12 de julio de 2012

Rosácea en la piel

 

Cuando la piel del rostro se pone colorada y no es por timidez ni porque nos sentimos acalorados o realizamos un esfuerzo físico, hay que prestarle atención ya que podemos estar frente a una afección crónica de la piel llamada rosácea. La misma se caracteriza por enrojecimiento y aparición de diminutos vasos sanguíneos y granos (transitorios o persistentes) en el rostro con sensación de picazón o ardor. Como siempre decimos, la información adecuada ayuda a conocer el problema. En este caso, la dermatóloga Rita García Díaz nos explica acerca de la rosácea.

¿Qué características tiene esta afección?
Comienza con enrojecimiento en el centro de la cara, que gradualmente va cubriendo las mejillas y el mentón. Cuando la afección progresa, sobre el área enrojecida aparecen granitos con o sin pus y pequeños vasos sanguíneos llamados telangiectasias. Estos son finas líneas rojas, causadas por la dilatación de los vasos sanguíneos sobre la superficie. A veces también puede estar acompañada de piel grasa y seborrea (grasitud en el cuero cabelludo).

¿Hay distintos tipos de rosácea?
Sí, y en todos puede haber ardor o sensación de quemazón transitoria o persistente.
•    Tipo I o inicial. Aparece enrojecimiento transitorio en nariz, mejillas y mentón. También algunas telangiectasias (vasos dilatados).
•    Tipo II. Junto al enrojecimiento aparecen granitos blancos o rojos. Se ven más telangiectasias.
•    Tipo III. Se agregan granitos con pus a las lesiones anteriores.

¿Cuál es la diferencia entre rosácea y un enrojecimiento común?

El enrojecimiento común dura pocos minutos y se debe a una dilatación transitoria de los pequeños vasos de la piel, en cambio, en la rosácea, esta dilatación se hace permanente. Hay que diferenciar también que los granitos de la rosácea no tienen puntos negros y los del acné sí.

¿Hay pieles más propensas a padecerla?
Las personas con piel grasa tienen más propensión a padecer rosácea, posiblemente por la tendencia al engrosamiento de la piel. En una piel grasa hay más gérmenes por los cambios metabólicos que genera el sebo (grasitud) y estas bacterias generan granitos con y sin pus.

¿Cuándo se presenta o en qué momentos empeora su manifestación?
Se presenta ante los cambios bruscos de calor a frío o frío a calor, con el calor seco intenso, en los ambientes muy calefaccionados, con el viento intenso y fresco, al consumir alcohol o comidas picantes y ante la exposición solar. El estrés es también un factor desencadenante y agravante de la rosácea, así como los estados de tensión emocional y los esfuerzos. La causa es la dilatación de los vasos del rostro que aparece en estas situaciones.

El maquillaje, los protectores solares o las cremas, ¿perjudican la rosácea?
Las personas con rosácea no toleran las cremas antiage con derivados del ácido retinoico ni del glicólico, así como algunos antioxidantes como la vitamina C. Las cremas deben ser hidratantes, pero diseñadas para pieles sensibles. Por eso, siempre es conveniente consultar al dermatólogo sobre su composición, ya que la piel de los pacientes con rosácea es muy sensible.
El maquillaje debe ser muy liviano, fluido y no graso. El enrojecimiento puede ocultarse con correctores de color verde que se colocan debajo del maquillaje.
Respecto al protector solar, conviene que sea para el rostro y de textura fluida. Además, debe usarse diariamente, ya que la exposición al sol empeora mucho la rosácea al producir dilatación de los pequeños vasos de la piel del rostro y generar enrojecimiento.

¿Puede empeorar si no se trata?

No es una afección grave, ya que no afecta el estado general, pero si no se trata puede empeorar y llevar al engrosamiento muy importante de la piel del rostro, especialmente la de la nariz. Es una afección progresiva: los vasos de la cara se van dilatando cada vez más dándole un color rojo vinoso, los granitos con y sin pus se hacen persistentes y aumenta el ardor.

¿Cómo son los posibles tratamientos?
Las formas más leves se tratan con cremas o geles que indica el dermatólogo en cada caso y con sustancias descongestivas. El más común y efectivo es el té de manzanilla frío, aunque hay variedad de cremas y máscaras. En la rosácea tipo II y III se indican antibióticos específicos. También el tratamiento con luz pulsada es sumamente eficaz para las telangiectasias, ya que las elimina por completo. De todas formas, los tratamientos son complementarios y pueden usarse de manera sucesiva o simultánea según los casos.

¿Se cura definitivamente?
No, la predisposición a tener rosácea es de por vida. Sin embargo, la rosácea correctamente tratada puede remitir. Los brotes se pueden prevenir usando permanentemente protector solar, no consumiendo alcohol ni picantes, tratando de evitar los cambios bruscos de temperatura o los ambientes excesivamente calefaccionados.

Algunas cosas más para tener en cuenta
•    Se  desconoce su causa, aunque se supone que hay una predisposición genética o familiar a padecerla.
•    Se sabe que es un poco más frecuente en mujeres que en varones, y que suele comenzar en la juventud.
    El principal síntoma, que aparece desde el principio y se hace cada vez más intenso si no se trata, es el enrojecimiento con ardor.
•    Se manifiesta solo en la cara y puede haber compromiso de los ojos que se ven constantemente rojos, irritados y con sensación de sequedad.
    Se aconseja bañarse con agua no muy caliente y lavar la cara con agua tibia o fría.
•    La higiene debe ser muy simple y suave, con una loción o gel. No se aconsejan los pulidos ni los tónicos astringentes.
•    Ante los primeros síntomas, se aconseja consultar al dermatólogo.



http://www.bagoconsumomasivo.com.ar


Asesoró en esta nota: Dra. Rita García Díaz. M.N 47860. Médica especialista en Dermatología y Dermatología Pediátrica. Miembro titular de la Sociedad Argentina de Dermatología y docente en la UBA.

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