¿Se ha secado la máscara de pestañas? ¿En tu base fluida parece que el agua se ha separado de los otros elementos? Estas señales pueden estar indicando que tu neceser de maquillaje necesita una renovación, ya que estos productos (como el resto de cosméticos) caducan.
Esta caducidad no debe entenderse como la de los alimentos; se trata de tener claro que los productos de maquillaje garantizan sus propiedades hasta una fecha determinada después de su apertura. Cuando superamos esa fecha estamos exponiendo nuestra piel a componentes que han perdido su estabilidad y pueden llegar a sensibilizarla o a producir una reacción alérgica. Hemos hablado con Baltasar G. Pinel, Artist Senior de MAC, para que nos explique cómo cuidar nuestros productos y utensilios de maquillaje, y cuándo ha llegado el momento de sustituirlos. Por Vicky Vera.
Lo primero que debemos tener claro es que “todos los productos de maquillaje tienen un tiempo de uso limitado”. En los frascos puedes encontrar un símbolo en forma de tarro abierto que te indica con un número los meses durante los que se recomienda su uso. “Como media, suelen ser 12 meses (12M), pero puede ser más o menos tiempo dependiendo de la fragilidad o estabilidad de sus componentes”. Por ejemplo, las bases compactas suelen conservarse mejor que las fluídas, y las sombras de ojos, mejos que las barras de labios.
Aunque el tiempo de vida media lo tengamos claro, se dan circunstancias excepcionales en la que debemos renovar nuestro maquillaje antes de tiempo, como cuando aplicamos algún producto sobre una piel que presenta alguna herida o infección y su aplicador vuelve al envase. “En estas circunstancias el contenido sirve de cultivo donde pueden proliferar los agentes causantes de la infección y volver a contagiar”.
Esta regla debe aplicarse a máscaras de pestañas, si has sufrido alguna infección ocular, correctores y maquillajes con pincel aplicador incorporado o brillos y barras de labios, si has tenido un herpes labial.
Para evitar esta circunstancia, Baltasar nos recomienda “utilizar aplicadores de un único uso o pincelería que debemos lavar frecuentemente. Mantener unos hábitos higiénicos constantes y rutinarios con nuestro producto y los aplicadores es básico”.
Para conservar nuestros productos de maquillaje en las mejores condiciones posibles, lo mejor es guardarlos en “un neceser opaco, donde no estén expuestos a calor de forma constante y donde la luz no incida directamente. También es aconsejable evitarles la humedad”.
Por otro lado, las brochas de maquillaje son elementos muy delicados, pero básicos en nuestro neceser. Para evitar que se estropeen y se conviertan en un foco de bacterias, Baltasar nos recomienda “lavarlas una vez cada 1 o 2 semanas, utilizando jabón de manos. No es bueno aplicar suavizantes, perfumes o acondicionadores, ya que pueden ablandar la cola que une todas las fibras. Y lo mejor es dejar que se sequen toda la noche de manera natural, recostados sobre un papel absorbente”.
También existen productos específicamente diseñados para limpiar tus brochas y conservarlas en buen estado, como Brush Cleanser de MAC.
¡Ojo con los viejos trucos! Muchas veces para alargar la vida de algunos productos solemos cometer errores que pueden darnos algún susto. Suele pasar con las máscaras de pestañas, de las que se dice que si se secan hay que añadirles una gota de aceite para que recuperen la textura del primer día, ¡pero no lo hagas!
“Aplicar aceite, tónicos u otros productos oleosos impiden que la máscara una vez aplicada se seque en nuestras pestañas”. Lo que puede producIr irritaciones oculares. “Si queremos reutilizarla basta con un poco de agua. Ésta se evapora fácilmente y no produce irritación en nuestros ojos. Auqnue lo ideal es cambiarla por otra".
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