miércoles, 24 de abril de 2013

Sabes qué significa Cosmecéuticos ?



Los llamados cosmecéuticos están irrumpiendo con fuerza en el mercado de la estética profesional. Lejos de convertirse en una moda pasajera, constituyen, según todos los analistas, el sector con mayor potencial de crecimiento de la industria cosmética. Por tanto, los profesionales de la estética debemos ser capaces de reivindicar nuestra cualificación para su prescripción.

Cosmecéuticos¿Sabemos realmente qué son los cosmecéuticos?
Los cosmecéuticos se autodefinen como productos a medio camino entre un cosmético y un fármaco. Son sustancias de aplicación tópica que persiguen un fin estético, pero su alta capacidad bioquímica sobre el tejido cutáneo los aproxima a la categoría de fármacos.
Atrás quedan los tiempos en los que la cosmética era considerada ineficaz desde el punto de vista científico. Los cosmecéuticos han demostrado su capacidad para provocar efectos biológicos beneficiosos para la piel.
Se trata, pues, de una cosmética más activa que se presenta como alternativa eficaz frente a tratamientos médicos más invasivos.
El auge de la cosmecéutica se enmarca en una tendencia a los tratamientos no invasivos de belleza antiedad que comenzó en Estados Unidos a mediados de los 90, gracias en gran medida a la labor de varios dermatólogos encabezados por Nicholas Perricone.
Aunque el mayor desarrollo de los cosmecéuticos ha estado ligado a la demanda de productos antienvejecimiento, su potencial es mucho mayor: productos anticaída, regeneradores, blanqueadores cutáneos…y quién sabe qué más deparará el futuro.

Cosmecéuticos
¿Cómo se catalogan los cosmecéuticos?
Desde sus orígenes, los cosmecéuticos han buscado diferenciarse legalmente del resto de cosméticos y convertirse en una categoría diferenciada.
El termino cosmecéutico fue acuñado en los años 70 por el profesor de Dermatología de la Universidad de Pensilvania, Dr. Albert M. Kligman (descubridor, entre otras cosas, del empleo del Retin A para el tratamiento del acné), quien proponía el término para diferenciar el cosmético convencional de los cosméticos con alta actividad biológica. Kligman también alertaba sobre la necesidad de una correcta prescripción de estos últimos.
Desde Kligman han sido numerosos los intentos para que se reconociese a los cosmecéuticos como categoría diferenciada, argumentando principalmente la necesidad de una prescripción cualificada de este tipo de cosméticos.
No obstante, este objetivo no se ha logrado y, desde el punto de vista legal, los cosmecéuticos simplemente no existen. Hoy por hoy, la legislación internacional coincide en plantear dos únicas categorías para las sustancias de uso tópico, basándose exclusivamente en su finalidad: Medicamento, si la sustancia está destinada a prevenir o curar enfermedades, o Cosmético, si el objetivo es embellecer o mejorar la apariencia externa.
Como los cosmecéuticos no tienen como finalidad la “cura, tratamiento o prevención de enfermedades”, se catalogan intrínsecamente como cosméticos. Esta decisión ha favorecido a los laboratorios, que han visto reducidos los excesivos requisitos y costes de las pruebas clínicas adicionales que implicaría su catalogación como medicamentos.

El auge de la cosmecéutica se enmarca en una tendencia a los tratamientos no invasivos


Cosmecéuticos
Características de los cosmecéuticos
La falta de una regulación clara y la publicidad “engañosa” hacen difícil, en ocasiones, diferenciar los cosmecéuticos de alguno de los llamados producto “milagro” que periódicamente aparecen y desaparecen en el sector. Pero hay algunas claves que permiten identificar claramente a los cosmecéuticos:

Aplicación tópica sobre la piel sana:
Los cosmecéuticos, como cosméticos que son, deben emplearse exclusivamente de forma tópica, es decir, en zonas superficiales del cuerpo humano y con una finalidad estética sobre la piel sana. Conviene recalcarlo, ya que existe una confusión generalizada entre los cosmecéuticos y los nutricéuticos, y nada más lejos de la realidad. Una de las características esenciales del cosmecéutico es, como hemos apuntado, su aplicación tópica. Por el contrario, los nutricéuticos requieren ingestión oral, tienen un efecto sistémico y están excluidos explícitamente de la categoría de Cosmético por el R. D. 1599/1997 de 17 de octubre, que recoge la regulación de los productos cosméticos.

Principios activos de probada eficacia:
Los principios activos de un cosmecéutico deben estar claramente definidos por su capacidad de influir sobre la piel sana para mejorar su apariencia y estar respaldados por estudios científicos que avalen su eficacia y seguridad. Están universalmente reconocidos como cosmecéuticos: los retinoides, alfahidroxiácidos, vitaminas, determinados extractos botánicos, filtros solares, sustancias blanqueantes, determinados antioxidantes, factores de crecimiento… La lista se va ampliando conforme avanza la ciencia.

Concentración de activos optimizada y segura:
Muchos de los activos considerados como cosmecéuticos se encuentran también en cosméticos convencionales, pero en menores concentraciones. Cada activo tiene su umbral de eficacia segura, por debajo del cual no actúa y por encima del cual puede resultar perjudicial. El reto del cosmecéutico combina de forma óptima eficacia con seguridad.

Cosmecéuticos
Formulación de vanguardia:
La formulación del producto ha de ser capaz de garantizar la integridad del activo hasta su liberación en la piel. El “vehículo” cosmético que se emplee puede potenciar la eficacia o hacer que sea totalmente inactivo. Es decir, el “diseño” cosmético es especialmente importante y complicado en el caso de los cosmecéuticos, de ahí que, en la mayoría de los casos, los cosmecéuticos presenten los principios activos encapsulados en liposomas de última generación o bien en emulsiones con efecto de liberación rápida o sostenida.
La esmerada formulación, junto con su alta concentración de activos y las pruebas de eficacia y seguridad que se efectúan antes de su salida al mercado, hace que los cosmecéuticos sean más caros de elaborar, lo que suele repercutir en su precio final.

Prescripción profesional:
La utilización de un cosmecéutico debe ser prescrita por profesionales competentes que, tras el diagnóstico, deberán establecer un protocolo con objetivos claros y efectuarán un seguimiento personalizado.
Cada tratamiento cosmecéutico debe llevar implícito un protocolo, una documentación técnica y unos conocimientos concretos de su dosificación. Se deben conocer sus efectos en la piel, tanto inmediatos como tardíos, así como sus contraindicaciones.

Una gran oportunidad para el sector profesional
Pese a la falta de legislación al respecto, resulta evidente que, por su propia naturaleza, los cosmecéuticos no pueden ser comercializados a través de canales en los que no exista un “profesional cualificado” con una formación específica en cosmetología, así como en funciones y estructura de piel.
Ésta es una de las diferencias fundamentales ya que, mientras la mayoría de los cosméticos convencionales son productos de publicidad y venta masiva (supermercados, perfumerías, grandes superficies), en las que la elección del producto la hace el propio usuario, los cosmecéuticos requieren un canal especializado en el que un prescriptor especializado diseñe y controle de forma personalizada el tratamiento.
Éste es un factor que puede marcar una gran oportunidad para los profesionales de la estética que, por su especifica formación en cosmetología y protocolos de cuidado de la piel sana, se convierten, junto con dermatólogos y químicos, en un eslabón clave de la prescripción de los cosmecéuticos.
Es, por tanto, fundamental que los profesionales de la estética sean capaces de reivindicar su cualificación en la prescripción de cosmecéuticos ya que no olvidemos que, hoy por hoy, constituyen el sector de mayor crecimiento dentro de la industria cosmética.



Información: Macarena Sanahuja Jurado, directora de la Escuela Tevian | Artículo cedido por Vida Estética-Les Nouvelles Esthétiques | Maquetación web: Marta Armas

Info de: http://cosmobelleza.com

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