¿Qué ocurre cuando logramos la victoria? Cuando
alcanzamos la meta que nos habíamos propuesto, cuando los músculos se relajan,
cuando el clamor invade el estadio... La adrenalina golpea los sentidos e
invita a un nuevo éxtasis.
Los deportistas son los héroes de hoy. Más allá de
sus proezas deportivas, son objetos de deseo y dueño de todas las fantasías. En
2013, Paco Rabanne crea un gran acontecimiento y abre un nuevo capítulo en la
historia de la perfumería masculina.
El
perfume de la victoria.
Paco Rabanne, Diseñador de moda y Creador, es un
gran personaje de la Historia de la Moda. Adulado o criticado, desde mediados
de los años 60 expresó una modernidad radical y acompañó el deseo de
emancipación de las mujeres, revolucionando los patrones de la
elegancia, simbolizados por los grandes nombres de la Alta Costura francesa de
entonces.
Paco Rabanne audaz pionero; introdujo, por primera
vez, modelos de color en sus originales desfiles, utilizó el metal y otros
materiales inéditos para revolucionar un momento en el que se utilizaban
demasiados textiles burgueses.
Sus trajes luminosos marcan una época y hacen
resplandecer a las mujeres más hermosas del mundo: Brigitte Bardot, Jane Fonda,
Jane Birkin, Françoise Hardy...
Su impertinencia sigue siendo hoy sinónimo
intemporal de modernidad. Desde la creación de Calandre en 1969 –un
floral aldehídico casi sobrenatural y Paco Rabanne Pour Homme en 1973 –un
helecho aromático, los perfumes Paco Rabanne marcarán su época con la
misma audacia. Grandes éxitos, que se convirtieron en clásicos de la
perfumería francesa y que, cada uno en su papel, encarnan universos fuertes
y a la vez precisos.
En 2005 y 2008, Black XS y 1 Million revolucionan
respectivamente el paisaje. Reinterpretación de objetos de culto –el
“encendedor” y el “lingote”– y firmas olfativas marcadas, materializan
igualmente dos fantasías universales: la vida de estrella del rock
y el éxito… al alcance de los dedos.
Con Invictus, Paco Rabanne va al
encuentro de una nueva
fantasía, la de la victoria, de un nuevo héroe, el campeón, y de
un nuevo territorio olfativo, el frescor sensual masculino.
UN NOMBRE PREDESTINADO
Invictus, un nombre que reivindica su latinidad y una
masculinidad poderosa. El invicto, el invencible, es el héroe
a quien nada ni nadie puede resistirse. En el ideal antiguo, el atleta
–actualmente el deportista– tiene los rasgos de lo divino. En filiación
directa con el mundo antiguo, la generación
2.0 rinde culto a estos deportistas prodigiosos, en una imaginación a veces
propia de la mitología. Alabados y adulados, los dioses de los
estadios son ante todo hombres.
LA FANTASÍA DE LA VICTORIA
El héroe Invictus ya ha realizado
su proeza deportiva. Ya ha ganado, es el mejor, no cabe duda, pero el
sabor del triunfo es demasiado desabrido, demasiado conocido. Ya se ha
proyectado más allá en la explosión de sensaciones: las de una gloria que
lo sumerge, un clamor que lo transporta y lo desviste a la vez, un cuerpo que
exulta, un éxito que aflora sobre la piel y, en las múltiples promesas
de otras victorias, aún más sensuales. Es el ideal masculino por
excelencia, resplandeciente en su identidad de varón. Su virilidad es
salvaje, casi animal. Un modelo para los hombres, un objeto de deseo para
las mujeres. Además de su físico perfecto, es el triunfo lo que lo hace
deseable. Esta victoria no sólo da alas, también es afrodisíaca. Pero a
diferencia de otros hijos del Olimpo que descendieron sobre la Tierra, también
tiene un gran sentido del humor. Su sonrisa es su arma absoluta.
EL NACIMIENTO DE UN MITO
A Paco Rabanne Parfums le
gusta contar historias. Cada perfume desarrolla así su universo e
inscribe plenamente sus valores. Invictus surgió del deseo de hablar del
deporte de una forma innovadora, sublimando la fantasía social que
representa. Ir más allá de una narración olfativa en primer grado. Superar la
excusa habitual de la frescura para sentar las bases de un verdadero relato de
perfumista.
La encarnación de este perfume, da
cuerpo pero también resonancia a este enfoque inédito. ¿Quién no ha soñado
alguna vez con entrar en la arena o en el estadio?, ¿con escuchar su nombre
aclamado por la multitud y convertirse en un objeto de deseo? El semidiós de
Invictus es un verdadero héroe contemporáneo y es su humanidad, y
más concretamente su humor, lo que lo libera de un relato épico clásico.
FRESCURA Y SENSUALIDAD HEROICAS
Para dar una realidad olfativa a
esta fantasía, Paco Rabanne recurrió al talento de la perfumista Véronique
Nyberg (IFF) que se rodeó de otras tres personalidades: Anne Flipo, Olivier
Polge y Dominique Ropion. Más de dos años y medio de investigaciones y un
trabajo de equipo se requirieron para crear un acorde orgásmico totalmente
inédito.
La escritura de este frescor
sensual contrasta con los enfoques tradicionales de este territorio
masculino, Invictus es una fragancia sumamente texturada, con cuerpo, con un
relieve y un fondo muy presentes.
Para construir esta fragancia y
alcanzar esta nota de frescor sensual, se dejó de lado la pirámide usual y se
adoptó una entidad bicéfala. Una oposición de universos, de
fuerzas, de sensaciones y de valores. Invictus es un amaderado fresco donde
lo picante responde a lo vigoroso.
"Entre frescor incisivo y sensualidad animal", declara
Véronique Nyberg. "Un fuerte deseo
de piel salada –pero no yodada– que desearíamos saborear y lamer. Un
fuerte contraste entre dos familias que se responden, se conjugan y se
entrelazan”
Un éxtasis, un preludio fresco,
vibrante, vivificante que se obtiene gracias a un acorde marino, cáscara
de pomelo y hoja de laurel. Por su parte, la adicción es creada por
la identidad ultraviril y el magnetismo animal de un acorde amaderado/ámbar. La
madera de Guayaco, el ámbar gris y el pachulí trazan una
estela distinguida. "Fuerzas contrarias, que no obstante se responden. Una
explosión que, obviamente, es una metáfora sexual pero que también forma parte
del lenguaje deportivo. Desde el
inicio, había una voluntad de sorprender e incluso de desentonar con esta dualidad en la
construcción".
EL TROFEO
Para
diseñar este frasco, Paco Rabanne se asoció con Cédric Ragot,
diseñador ecléctico e iconoclasta, para quien la copa se impuso de una
forma natural. Todas las opciones estéticas y técnicas desembocaron en un trofeo,
en su más pura esencia. Se prefirió el símbolo a la anécdota. Una nueva reinterpretación,
un objeto de colección, un trofeo que no sólo es atractivo sino también
práctico gracias a su ergonomía y diseñado desde la tradición de excelencia de
la perfumería francesa.
LAS ALAS DE LA VICTORIA
El logotipo y la tipografía son
evocaciones de los códigos intemporales de la Antigüedad retrabajados en
una estética contemporánea. Esta doble pertenencia y este stretching
temporal completan una firma fuerte y viril. Las alas –de la
victoria– dan una potencia y un aura al nombre, que parece grabado y aclamado
por la multitud. La estructura en laureles,
otra recompensa de los héroes y de los vencedores, son el toque final y el
sello distintivo de la identidad gráfica. Metálicos y mates al mismo tiempo,
los tonos de gris utilizados evocan las estatuas antiguas y las medallas de las
victorias deportivas.
EL CAMPEÓN MODERNO
Un proyecto innovador requería una imagen
fuera de lo común. Paco Rabanne eligió al australiano Nick Youngquest como
embajador de Invictus. Este atleta de treinta años sedujo por su
fotogenia pero también por la adecuación de su personalidad a los valores del
perfume. Nick Youngquest opone une virilidad sin rodeos a las
bellezas asépticas y a los “famosos” demasiado monolíticos. Una musculatura impresionante
que contrasta con los patrones metrosexuales, una mirada acerada, una sonrisa
que es toda promesa, una franqueza devastadora, y con una
personalidad desenfadada, muy de su época.
EL MOMENTO DE GRACIA
Realizado por Alexandre Courtès,
director de cine francés, el vídeo publicitario es ante todo un relato
épico y una alegoría de la victoria. El vídeo muestra a un campeón
en la euforia de la victoria, desde la entrada al estadio hasta los
vestuarios donde le espera un final ardiente. Apariciones que toman de la mitología
clásica su sentido de lo grandioso, por no decir de la desmesura. A
la vez metafórico e hiperrrealista, el vídeo ilustra una fantasía a flor de
músculos.
La ironía forma parte
integrante de esta evocación y confronta al espectador con su propia humanidad
y con los sueños de grandeza que alimenta secretamente. La música,
compuesta por Kanye West, acompaña este mensaje ultramasculino y
refuerza la contemporaneidad del campeón Invictus.
La fotografía realizada por Nick
y Warren exhala una virilidad exacerbada, exhibida sin falsa
modestia. En ella se vislumbra el perfume como el zócalo del objeto del
deseo: el cuerpo del campeón. Esta grandilocuencia sexy toma un giro
inesperado, como ocurre siempre con Paco Rabanne, con una sonrisa pícara.
Este intercambio subliminal entre el campeón y el espectador genera una complicidad,
más allá de la fantasía.
Precio
lanzamiento
100 ml
$710
50 ml
$570
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