CETONA DE FRAMBUESA, UN ALIADO PARA LA SALUD
La obesidad es una de las epidemias más
importantes de este siglo, superando incluso a la cantidad de personas que
sufre desnutrición. Cerca de 3 millones de personas mueren al año por las
complicaciones que genera esta enfermedad. Si bien hay casos donde la genética
juega un rol primordial, es bien sabido que los malos hábitos, el sedentarismo
y el estrés de vida condicionan en mayor medida su aparición. Por ello la
ciencia está procurando investigar los mecanismos íntimos por los cuales se origina
esta dolencia con el fin de poder abordarla satisfactoriamente.
Gran parte de estas investigaciones están
puestas hoy día en los frutos silvestres, en especial en las frambuesas. Las
frambuesas son uno de los frutos más deliciosos que nos ha dado la naturaleza.
Oriundas de Europa y norte de Asia, han sido utilizadas desde épocas lejanas no
sólo como elemento comestible, sino también medicinal. Los chinos empleaban sus
frutos para mejorar la función de los riñones, en tanto las hojas han sido un
excelente recurso para el abordaje de las diarreas. Su nombre deriva del latín fragare (fragancia) en alusión al
exquisito aroma de sus flores y frutos.
Precisamente en el aroma de estos frutos
radica uno de los compuestos activos más importantes para el manejo de la
obesidad, y es el que le da precisamente esa hermosa fragancia. Nos referimos a
la cetona de frambuesa (conocida como
rapsberry ketone en inglés). Se trata
de un compuesto volátil que ha sido motivo de importantísimos estudios en el
área de obesidad y trastornos de los lípidos. Los primeros trabajos en animales
de laboratorio determinaron un descenso gradual de peso, especialmente en el
lote de animales que consumían gran cantidad de grasa en su ración diaria.
Lo interesante de estos trabajos es que se
llegó a determinar muy bien su mecanismo de acción, el cual está centrado en el
aumento de dos moléculas fundamentales: la adiponectina
y la adipocitoquina. Ambas sustancias
son muy importantes para la reducción del acúmulo de grasa corporal y para
reducir la resistencia a la insulina que es característica en personas con
obesidad crónica y grasas elevadas en sangre. Lógicamente a estos resultados
preliminares había que refrendarlos a través de ensayos clínicos. Cuando a los
pacientes se les suministra comprimidos de cetonas de frambuesa, se ha
observado una reducción significativa de peso, acompañado de una reducción
importante de la acumulación de lípidos (grasa corporal) sumado a un efecto
termogénico el cual está ligado a la combustión de la grasa excedente. Esto
último resultó más elocuente cuando se asocia el consumo de cetonas de
frambuesa a una actividad física regular.
Los estudios toxicológicos revelaron que las
cetonas de frambuesa no generan
ningún tipo de efecto adverso, ya que se trata de un componente alimentario
consustanciado con los hábitos del hombre. Por lo tanto estos hallazgos que nos
brinda la ciencia a partir de productos naturales constituyen un nuevo eslabón
en la lucha contra la obesidad, en especial sabiendo que su consumo no genera
ningún efecto indeseado.
Dr. Jorge Alonso
Médico - MN
67640
Director de los cursos de posgrado de
Fitomedicina, Fitodermatología y Alimentos Funcionales y Nutracéuticos de la
Facultad de Medicina de la UBA.
Autor del libro: Tratado de Fitofármacos y
Nutracéuticos.
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