1- Descomprimir
Es algo tan sencillo como darnos espacio para bajar los decibeles cotidianos. se logra a través de la meditación o de cualquier otra actividad que nos conecte con nuestro interior: Leer, cuidar las plantas, dibujar, tejer, escuchar música, respirar o elongar. son pequeñas apuestas cotidianas que, cuando son llevadas a cabo en silencio y por placer, tienen el poder de conectarnos con el aquí y con el ahora. Y de generarnos una expresión distendida en la cara, movimientos más armoniosos del cuerpo y una postura más atractiva (y cómoda). Regalate 15 minutos por día para eso.
2- Mimarte la cara (alguna vez, che)
Ya sabés que, mes a mes, una limpieza de cutis es fundamental. Ni que hablar de lo bien que te hace usar, con regularidad, un set de cuidado acorde con tu tipo particular de piel -cuando decimos "set", nos referimos a un gel de limpieza, un tónico y una crema humectante como mínimo-. Ahora, ¿qué tal si, además de eso, alguna vez te dedicaras un tratamiento en gabinete? Las principales marcas los ofrecen en hoteles de lujo y en sus propias maisons. Las opciones varían y van desde un shock de hidratación hasta "degustaciones" de cremitas.
3-Moverte, ¡siempre!
Caminar, correr, andar en bici, ¡bailar! No sólo por el ejercicio en sí, sino porque estar en movimiento nos hace sentir bien. Y eso es condición sine qua non para estar lindas. Nuestra coach Paula Pantano te recomienda empezar por actividades que te entusiasmen y/o que hagan aflorar tu verdadero yo. Por ejemplo: la esferodinamia, la danza de improvisación o la expresión corporal.
4- Exfoliar tu piel (como hábito)
Incorporar el tándem scrub exfoliante + esponja incide para bien cuando se hace con periodicidad. Al exfoliarte en la ducha, no sólo removés células muertas que opacan la piel, también abrís los poros, lo que permite que, después, la crema se absorba mucho mejor. ¿Nuestra sugerencia? Que te olvides de la piedra pómez y que vayas por un gel exfoliante corporal o el jabón líquido y que te compres manoplas exfoliantes.
5- Conectar groso en la cama
Puede ser con tu pareja actual o con un "amigo" con el que te llevás mil puntos y está todo más que claro. Cuando de verdad te conectás con alguien entre las sábanas, el sexo se convierte en una experiencia sublime que, además de redundar en tu autoestima, impacta en tu apariencia. Eso sí, una aclaración: en esto, lo que importa no es la cantidad (por más que haga que gastes un montón de calorías., ejem, ejem), sino la calidad. Cuando todo lo que tiene que estar está: soltá. se te va a notar de lejos.
6- Encontrar "tu" perfume
La búsqueda de la fragancia que va con vos no es sencilla. ¿Cuántas veces olimos en otras perfumes que nos encantaron en ellas y en nosotras no? O no por mucho tiempo. Dar con la fragancia que te resume lleva su tiempo. y varios mareos en el free shop también. Pero bien vale la pena. Olé, probá, dejate la fragancia que te gustó puesta un tiempo (un viaje en avión, por ejemplo), para ver cómo evoluciona sobre tu piel... Cuando lo encuentres, cuando encuentres tu perfume, atesoralo. Reservalo para momentos clave, en los que es importante que te sientas súper especial.
7- Comer sano
El departamento de salud pública de la Universidad de Harvard elaboró un indicador nuevo de alimentación saludable, el Healthy eating plate. Basado en frutas, vegetales, harinas integrales y grasas "buenas"; limitado en grasas saturadas, bebidas azucaradas y en sal. Y agregamos en OHLALÁ!: con una actitud sana frente a la comida, que se pone de manifiesto en la administración fluida de aquellos placeres que nos hacen bien. Sí, como esa tableta de chocolate que nos reservamos para disfrutar cada tanto, con mucho placer y con cero culpa.
8- Sonreír más
Además de aliviar el estrés, potenciar el sistema inmunológico, bajar la presión sanguínea y liberar endorfinas y serotonina -hormonas que, en conjunto, nos hacen sentir bien-, un estudio de 2011 de la Universidad de British Columbia (Canadá) sugiere que las mujeres que sonríen son consideradas más atractivas que las que no lo hacen. Si bien el poder de atracción que encierra una sonrisa no nos parece un dato menor, es contundente la conclusión a la que llegó el psicólogo James Laird, de Clarke University (EE. UU.), en la década del 70: básicamente, que -aun cuando estás de pésimo humor- sonreír te hace sentir feliz. Con sostener una sonrisa amplia durante más de 20 segundos, basta.
9- Tomar una clase de automaquillaje
Pero no para tapar aquello que no te gusta. Todo lo contrario: para aprender a potenciar lo que te fue dado como valor. Gracias a esa pequeña inversión en una clase de automaquillaje, no sólo ganás en belleza, también ganás en perfeccionamiento de una técnica que, seguro, venís puliendo desde hace años. ¡Ah! está buenísimo compartir la clase con amigas. Júntense, contraten a una maquilladora profesional y ¡voilá!, un programón.
10- Mirarte con ojos buenos
Podemos hacer mil cosas para estar más lindas, pero si lo más importante no está, todo lo que hagamos no tendrá sustento. Nos referimos a la mirada que tenemos de nosotras mismas, a las ideas que llevamos en nuestro interior. La próxima vez que pases frente a un espejo, detenete. Date tiempo para mirarte. Para hacerlo con cariño, con amor y con respeto. Probablemente, lo primero que salga de ese encuentro con vos sean juicios. A medida que vayan pasando, soltalos, así les das espacio a todas las cosas positivas que tenés para decir de vos. ¿No estás mucho más linda ahora?
¿Vos qué hacés para sentirte linda?
Por María Güiraldes
Fotos: Corbis
Info: Revista Ohlala
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