El cuidado del cuerpo siempre va por dos caminos muy disctintos entre sí pero no por eso menos complementarios. Por un lado la belleza y por el otro, la salud. Ambas cosas deben ir de la mano para poder complementarse en un cuerpo cuidado, que a su vez sea atractivo y bello, logrando una imagen cada vez más acabada y pura que se transmite hacia el afuera. La parte del cuerpo que refleja con mayor fidelidad este cuidado es sin dudas, el cutis.
La mujer suele tener mucho cuidado sobre el cutis, desde su adolescencia ya comienza a prestarle atención a su piel, al rostro, sobre todo pensando en el acné y buscando formas de detenerlo. Luego de la adolescencia, continua cuidando su piel para poder mantener un cutis limpio, sano y libre de cualquier indicio que denote imperfecciones.
La limpieza de cutis es un trabajo diario del que hay que persistir, convirtiéndose prácticamente en una costumbre que no abandonaremos jamás. Muchas veces es preferible hacer otras actividades antes de permanecer aproximadamente una hora haciendo una limpieza de cutis. Los productos de limpieza de cutis abundan y los hay de todo tipo y precio, no todos requieren del mismo esfuerzo y la misma práctica, cada uno se utiliza de diferentes formas.
El proceso de limpieza de cutis cuenta con tres etapas: una etapa previa en la que se prepara la piel para limpiarla, libre de impurezas. Una tercera etapa que consta del seguimiento, del mismo “post-limpieza” que es parte del cuidado que hay que darle a la piel. Durante esta etapa, es conveniente no tocar demasiado la piel, dejarla reposar con los productos que se habrán aplicado. Es bueno recordar que es conveniente realizar la limpieza de cutis al despertar en las mañanas, que es el momento en el que los poros estánmás abiertos.
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