Luego de exponerse inadecuadamente al sol son muchas las personas que tienen la piel deshidratada, con aspecto opaco y cuarteado de la superficie cutánea. Tips para devolverle un aspecto saludable
Cuando la piel se descama y se agrieta, se vuelve áspera, pierde toda su flexibilidad y se tensa generando sensaciones desagradables.
La deshidratación es una disminución del contenido de agua en la piel. Una insuficiente hidratación de la piel no es sólo un trastorno estético sino que también puede llegar a provocar picor, irritación y malestar general.
La piel limita nuestro cuerpo del exterior y desempeña funciones protectoras y de defensa muy importantes. Para que dichas funciones puedan desarrollarse eficazmente, es esencial que la piel esté debidamente hidratada. Nuestra propia piel se sirve de varios mecanismos o procesos de actuación internos, generados por el mismo organismo, para mantener el grado óptimo de hidratación.
Por un lado, los componentes del “factor natural de hidratación” (sustancias procedentes del sudor y de las células epidérmicas) que captan la humedad del ambiente, manteniendo así el equilibrio natural de la piel. Por otro, el “manto hidrolipídico” de la piel (formado por los lípidos segregados por las glándulas sebáceas y otras sustancias del sudor) que actúa como una película protectora. La pérdida o alteración de esta película, por determinados factores, es la causa más común de la piel deshidratada.
La deshidratación de la piel es causada básicamente por dos tipos de factores:
- Factores extrínsecos: Se refieren a cambios climáticos como radiaciones UV, viento, humedad, climas fríos y secos, etc. La utilización de productos químicos agresivos e irritantes como jabones, detergentes o contactos prolongados con el agua, etc., también pueden provocar la pérdida de la película protectora de la piel originando deshidratación cutánea.
- Factores intrínsecos: Motivados por alteraciones metabólicas (enfermedades como hipotiroidismo o insuficiencia renal), deshidratación aguda (como las hemorragias), ciertos medicamentos (como los diuréticos), determinadas patologías cutáneas o, sencillamente, a causa del envejecimiento normal de la piel.
Recordemos que la deshidratación puede acelerar el envejecimiento de nuestra piel trayendo como consecuencia la aparición de manchas, descamación y arrugas, es por ello que el Dr. Adrián Jaime de Medical Center aconseja:
- La ingesta de 3 a 4 litros de líquido por día en especial Té verde, por la cantidad de antioxidantes protectores que posee.
- El uso de pantallas y protectores solares adecuados al tipo de piel.
- El incremento en nuestra dieta de hortalizas y frutas en abundancia.
- Tratamientos específicos para recuperar el estado de equilibrio dérmico.
Fuente: Dr. Adrián Jaime de Orthomolecular Medical Institute
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