Las bases de maquillaje no son perjudiciales, al contrario: pueden convertirse en verdaderos tratamientos para tu piel. La clave está en elegir productos probados dermatológicamente para evitar posibles alergias y con la textura adecuada para cada tipo de piel.
La dra. Elia Roo, dermatóloga y miembro de la Asociación Española de Dermatología y Venereología, asegura que no hay ningún problema en maquillarse a diario: “Podemos aplicar cada día una base apropiada para nuestro tipo de piel (seca, grasa, normal o mixta y sensible), sin que eso suponga ningún tipo de agresión. Además, en muchas ocasiones puede tener un efecto terapéutico, ya que mejora la autoestima en personas que padecen patologías dermatológicas o pequeñas imperfecciones”. De hecho, “ahora incluso existen Unidades de Maquillaje en algunos hospitales públicos, en las que enseñan las técnicas adecuadas a personas que padecen problemas de piel”, argumenta la dermatóloga.
A cada piel, su tipo.
El “trabajo” de la piel bajo el maquillaje es el mismo que realiza cuando tenemos la cara lavada. Incluso los fondos más cubrientes permiten que la piel se oxigene y se regenere de la misma manera. Es más, una base de maquillaje puede resultar una excelente barrera que amortigüe los daños que pueden causar el frío, el viento, la polución, el sol… “Todo depende de las características dermatológicas de quien los use. Si damos con un producto que se ajuste a nuestras características cutáneas, no tiene por qué producir comedones (los antiestéticos puntos negros), granitos, acumulación de grasa ni sequedad”, explica la experta. Las pieles secas deben usar bases de carácter fluido, con una textura rica en agentes y principios altamente hidratantes, mientras que las que tienen tendencia grasa deben escoger bases de textura más empolvada, libre de grasa y con acabado matificante.
Color y mucho más.
Color y mucho más.
Pero hoy, las bases de maquillaje son mucho más que productos que aportan color al rostro. Las hay con efecto lifting, que además combaten las arrugas, que aportan un plus de luminosidad… Todo depende de los ingredientes que llevan en su composición –vitaminas antioxidantes como vitamina C y E, retinol, péptidos, ácido hialurónico, etc.–. Pero hay algo que todas tiene en común: deben estar dermatológicamente testadas.
Además, sus texturas ya no son oclusivas, proporcionan un acabado natural, poseen una alta tolerancia y no provocan puntos negros. Las hay para todos los tipos de pieles: secas, deshidratadas, grasas, estropeadas, envejecidas, sensibles, reactivas… En sus formulaciones incorporan sofisticados principios activos micronizados, que hacen que utilizar una base de maquillaje sea cada vez más cómodo y agradable. Nos vemos mejor cara al instante, sin aquel efecto máscara de los maquillajes de décadas pasadas. Ahora son cómodos, ligeros, cuidan la piel y dan color. ¿Un plus? Prácticamente todos incorporan filtros solares SPF 10 o 15, perfectos para cuidar la piel en el día a día.
TEN EN CUENTA…
- El maquillaje no estropea la piel. Al contrario: la cuida.
- Actúa como un escudo protector contra las agresiones externas: frío, calor, sol, contaminación…
- Las funciones de la dermis y de la epidermis no se alteran. La piel respira igual, con o sin maquillaje.
- No tiene por qué producir puntos negros, granitos ni sequedad. La clave está en utilizar un producto que se adapte a la fisiología de la piel de cada mujer.
- Es importante que contengan filtro solar SPF 10 o 15 que protejan del sol incluso en los meses de invierno.
- La piel estará mejor cuidada, más protegida y más hidratada usando bases de maquillaje a diario que sin ellas.
- El único requisito básico para mantener la piel en perfectas condiciones es retirar bien el producto antes de acostarse.
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