Son cursos para mujeres en tratamiento oncológico. Esta vez, Mariana Arias y Andrea Frigerio se sumaron para dar tips de belleza.
Las alumnas no están solas: los médicos y el personal de servicio social del hospital vinieron a acompañarlas. El jefe de Oncología, Mario Simonetti aconseja asistir al taller desde el primer momento, para que aprendan la forma de “cuidar su imagen, y sobrellevar mejor su enfermedad”. Cada una recibe una bolsa con productos de maquillaje que se llevarán a sus casas. Mientras exploran su bolsas, Julieta Zuccarino se presenta y comienza a enseñarles cómo usar cada uno de los productos. Se detiene en cada paso, desde la importancia de la humectación de la piel, que se seca mucho durante la quimioterapia, hasta la aplicación del rímmel. “No me veo las pestañas”, dice Liliana y Lola Augé, otra maquilladora, la ayuda. Para las cejas recomienda delinearlas desde la nariz hasta la mitad del ojo. ¿Aliados indispensables? El corrector y el rubor, con un labial a tono.
Cuesta concentrarse con este grupo, algunas se ríen y hacen chistes, cualquier similitud con un aula escolar es mera casualidad. Una de ellas no encuentra su corrector, Mariana Arias se acerca y la maquilla. “Este taller es como un espacio terapéutico, donde se conectan con su lado más femenino”, dice la licenciada María Constanza Varela, que hace seis años trabaja en el Servicio Social del hospital.
Llegan los accesorios a cargo de Nora Henrich. Necesita una modelo valiente, tres se ofrecen y Nora despliega sus armas antes las cabezas calvas. Los pañuelos son los nuevos protagonistas. “Es mejor utilizar estampados con tonos que combinen con el color de los ojos y la piel, y completar con aros y collares” , aconseja Henrich. El objetivo es llegar a las 2.000 mujeres este año, 2.000 mujeres que se vuelvan a mirar y se sientan mejor.
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