Una disciplina corporal que libera tensiones y genera bienestar. Tomar conciencia de cada movimiento y ganar sensibilidad para sentirnos mejor. De esto trata la eutonía, una práctica que en la Argentina recreó Frida Kaplan con el método que lleva su nombre y hoy aplica también a embarazadas. En esta nota te contamos de qué se trata.
Origen de la eutonía. La creadora de esta disciplina fue Gerda
Alexander. La fragilidad de su salud no le permitió desarrollarse en la
danza, ya que a los 16 años contrajo una afección cardíaca. Pero esto,
en lugar de desmotivarla, la llevó a elaborar un método para moverse
utilizando un mínimo deenergía, sin llegar a la fatiga, basándose en la
observación de los actos espontáneos de los hombres en sus juegos, en
sus movimientos naturales.
Estar mejor. Frida enseñando a aplicar sumétodo a una embarazada.
En
tiempos en los cuales el estrés es cotidiano, se buscan alternativas
para batallar
contra él. La eutonía –que quiere decir “tono equilibrado”– es uno de
estos recursos: ayuda a tomar conciencia del
propio cuerpo para lograr un equilibrio psicofísico y aliviar las
patologías que se generan debido a las tensiones. El objetivo de esta
disciplina es aprender a prestar atención al delicado mecanismo que se
pone en marcha en nuestro cuerpo cada vez que hacemos una acción, y así
poder corregir malos hábitos. “Si viene un alumno con un dolor fuerte
en una articulación y yo le hablo de las bondades de la eutonía, de la
ampliación de la conciencia y del desarrollo de la percepción, se da
media vuelta y se va. Pero si se lo explico fácil, simple, y le cuento
qué es transitar un aprendizaje y qué significa dirigir la atención con
la intención de soltar la tensión, ahí, inmediatamente, entenderá lo que
tiene que hacer”, comenta Frida Kaplan, la eutonista argentina creadora del método que lleva su nombre. “La
eutonía enseña a soltar la tensión, que no es lo mismo que relajarse,
porque la eutonía propone poder estar activo, pero con el grado de
tensión mínimo necesario para realizar la actividad. Entonces, al
dirigir la atención se produce una modificación en la actividad interna.
Esa modificación cambia el grado de tensión y, por eso, la articulación
en este caso comienza a tener otro funcionamiento”, señala Kaplan.
Atención, intención, dirección y precisión conforman las bases de esta
disciplina corporal que se apoya en la conciencia y en el tacto
consciente. Graciela Martiarena preside la Asociación Argentina y
Latinoamericana de Eutonía –entidad sin fines de lucro dedicada
desde hace 24 años a su difusión– y agrega que “el trabajo de la
eutonía se hace desde el
cuerpo, pero implica todos los planos: mental, emocional, fisiológico.
Trabajando desde el
cuerpo se busca la liberación de las tensiones crónicas y profundas, y
esto va a trascender en
los otros planos. Además de mejorar el tono muscular, es posible regular
las funciones vegetativas que tienen que ver con la circulación, la
respiración, la digestión y el sueño. Invitamos al alumno a descubrir
sus sensaciones” . Por su parte, el Dr. Alejandro Odessky, magíster en psicoinmunoneuroendocrinología, explica que “la
eutonía –como observadora– permite poder ver la actitud que uno está
teniendo y ver qué es lo que está compactando o desestabilizando por esa
actitud, para poder revertirla”.
ENERGIA PARA PUJAR. Con la llegada de Jonathan –nieto de Kaplan– nació el método que lleva su nombre, adaptado para “embarazo y nacimiento eutónico”. Este método comparte los principios de la eutonía –de hecho, se basa en ellos– y les propone a las embarazadas conocer desde adentro este proceso y aprender a “pujar con una sonrisa”, aunque suene imposible. Jonathan es hijo de Silvina, la primera mujer que utilizó el recurso de la “O” durante sus contracciones. ¿De qué se trata? Fácil y simple. “La emisión de la O es un recurso para soltar el dolor. Si la orden que envía el cerebro durante las contracciones es que me tengo que acostumbrar al dolor, se estará viviendo un malentendido. En cambio, cuando la tensión cede, el dolor disminuye o desaparece”, explica Kaplan. En otras palabras, la O –decir “Ooooooooo” en voz alta– “permite que la contracción actúe y que el cuerpo acompañe favorablemente, sin tensar las manos, las mandíbulas y el esfínter anal”.
Frida cuenta que “solemos escuchar a las embarazadas decir ‘me duele la cintura, se lo dije al médico y me contestó: estás embarazada, después del parto se te va a pasar’. Las molestias normales durante el embarazo son contempladas por el método, y existe una actividad corporal específica para cada una de estas dolencias. La propuesta es habitar el espacio dolorido, ocuparlo con la atención y constatar el grado de tensión instalado en ese espacio interno para tomar la decisión de hacer contacto con ese dolor con la intención de soltarlo”. Y sigue explicando que “culturalmente hacemos lo contrario, frente a la presencia dolorosa tensamos y fijamos el dolor... y el dolor se instala. En cambio, al modificar la actitud de retener por la de soltar se constata que las tensiones instaladas en la zona dolorida se distienden y el dolor cede”.
A LA MEDIDA. En la práctica, la eutonía puede aprenderse de manera individual o grupal. En las clases de más de un alumno el profesor da consignas para que cada uno las desarrolle de acuerdo con sus posibilidades de movimiento. “Por eso es tan creativa esta disciplina, no existe la copia de ejercicios”, explica Martiarena. Se trabaja con ropa cómoda, sin calzado y recostados en el piso o sobre una colchoneta. Se usan elementos que ayudan a liberar tensiones, como cañas de bambú, almohadas de diferentes densidades, pelotitas de tenis usadas y los popularmente conocidos “flota-flota”. “En los últimos años vimos que se acerca cada vez más gente interesada, tanto para aprender como para formarse como eutonista. Esta disciplina es preventiva y reparadora”, remarca Martiarena. Aprender a recuperar la conexión cuerpo-mente es fundamental para alcanzar mayor plenitud y vivir mejor.
Textos: Carolina Koruk. Fotos: Carlos Alfano/ Latinstock.
http://www.parati.com.ar
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Te leo...