Sinfonía en negro, azul, verde y blanco. Con esos cuatro colores y el desarrollo de sustracciones, calados transparentes y tachas, Evangelina Bomparola llegó a una síntesis tal que sorprende: es difícil imaginar que solo esos colores podían generar una colección tan deliciosa.
Por supuesto, la clave fue la confección y moldería. Sin estampas, con colores lisos pero cuidadosamente desarrollados como lo hizo en el la última coleción, Evangelina logró un invierno clásico con detalles de sensualidad dosificada en pantalones cigarette transparentes, pequeñas mangas y recortes en los vestidos.
Lo que más me gustó, que la colección tienen el punto justo de rock con blazers y vestidos con pequeños aplique metálicos y de tachas.
Fotos: Cortesía BAFWeek.
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