Un estudio de la Universidad del País Vasco (España) entrega resultados impresionantes sobre por qué compramos productos cosméticos… ¿Estás lista para la respuesta?
La revelación
La sección de belleza y salud de cualquier tienda departamental es una zona de bombardeo para cualquier mujer. Parece que las empresas de cosméticos tienen un índice de todo lo que puede estar mal en una mujer: cada arruga y marca, cada signo de envejecimiento o cansancio tiene una crema o gel que lo corrige milagrosamente… ¡y tú las quieres todas!
Pero si te pones a pensar, ¿puedes decir que cada producto que compras cumple sus promesas al 100%? Es raro entonces seguir comprándolos, ¿no? Invertir tanto dinero en algo que no funciona… ¿por qué?
Según un estudio efectuado sobre cremas faciales y corporales de la Universidad del País Vasco (UPV), adquirimos cosméticos porque nos hacen sentir bien, nos satisface el hecho de saber que nos estamos cuidando, aún cuando las múltiples promesas de nuestros amados productos jamás se cumplan.
“Eres un poco fea… pero si compras esta crema ¡serás bonita!”
Cuando compras y usas cosméticos te dejas de sentir preocupada o culpable por no cuidar de tu aspecto físico. El simple hecho de tener tus cremas alineadas en el espejo del baño te dice que puedes estar tranquila porque estás haciendo algo por ti misma, según los investigadores de la UPV.
Evaluando los resultados de 355 encuestas personales a mujeres de entre 18 y 50 años de edad, quienes evaluaron las dimensiones funcionales y emocionales sobre las marcas de cosméticos que utilizaban, se comprobó que la satisfacción de las consumidoras aumenta si la marca refuerza emociones positivas que se derivan de la percepción de “estar cuidándose” y tener un “ritual de belleza”.
Desgraciadamente, estas emociones positivas vienen sólo después de otras negativas: la marca te crea sentimientos negativos sobre tu aspecto físico, te dicen sutilmente que eres fea al mostrarte en su publicidad anuncios con mujeres cuya belleza es totalmente fuera de lo común.
Los hombres no se salvan
Este ritual de belleza es deseado también por los hombres. Los ingresos de las compañías que crean productos para el público masculino aumentan cada vez más.
Según el dermatólogo español Rafael Jiménez Puya “los aspectos que más preocupan al hombre son las arrugas en el rostro, la flacidez abdominal, la hidratación de la piel, las impurezas de la cara, y las bolsas y ojeras”.
El prototipo de hombre “metrosexual” es cada vez más común, y afortunadamente hoy en día son más los hombres que buscan cuidar su aspecto físico más allá de estar musculosos.
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