Fototerapia. Este tratamiento que utiliza la luz ultravioleta es una alternativa para curar enfermedades cutáneas como el vitiligo y la psoriasis de forma localizada. En esta nota te contamos de qué se trata.
No siempre la exposición solar puede resultar dañina. La luz ultravioleta puede ser la solución para enfermedades dermatológicas que afectan física y estéticamente a muchas personas, como la psoriasis y el vitiligo.
Ya nos advirtieron que la excesiva y desprotegida exposición al sol es perjudicial para la piel. Puede provocar desde arrugas precoces, manchas, enrojecimiento de la piel y hasta reactivación de algunas enfermedades sistémicas como el lupus (lupus eritematoso sistémico) y cáncer de piel. Por eso es tan importante seguir las recomendaciones de los dermatólogos y utilizar siempre protector solar, no exponerse al sol entre las 11 y las 16, preferir las sombras y nunca olvidarse de proteger la piel en invierno cuando estamos expuestos al sol. Sin embargo, no siempre la exposición solar puede resultar dañina. Los días soleados tenemos mejor humor que los nublados, una exposición solar cuidada es favorable para la formación de los huesos y, además, la luz ultravioleta –emitida de manera natural o a través de aparatos– puede ser la solución para enfermedades dermatológicas que afectan física y estéticamente a muchas personas, como la psoriasis (afecta al 2% de la población mundial) y el vitiligo (despigmentación de la piel que afecta al 1% de la población). “Hoy los dermatólogos estamos utilizando ciertas longitudes de onda comprendidas dentro de la luz ultravioleta emitida por el sol para usos terapéuticos de enfermedades crónicas de la piel”, explica Javier Ubogui, dermatólogo y director médico de Psoria-hue. “Son tratamientos de primera línea. La diferencia entre ellos es la fracción de luz ultravioleta que se utiliza. Por un lado se aplica el PUVA, a base de luz ultravioleta A, y se lo asocia a un medicamento denominado psoralenos. Es una metodología que combina la luz ultravioleta con una droga, ambas dosificadas de manera precisa. Por otro lado, la metodología denominada UVB de banda angosta, que es un pedacito de la luz ultravioleta B, también se aplica para tratar psoriasis y vitiligo”, explica Ubogui que, además, es secretario general de la Sociedad Latinoamericana de Psoriasis (SOLAPSO). “La fototerapia con luz ultravioleta demostró ser muy efectiva en los tratamientos de dermatosis inflamatorias como la psoriasis y en enfermedades despigmentantes como el vitiligo”, señala el Dr. Mario Fuks, especialista en dermatología y director médico de M&D Dermacycle. Por su parte, la Dra. Débora Kaplan, dermatóloga y médica del Centro Chouela, Dermatología y Estética, asegura que “esta terapia ha obtenido gran auge en los últimos años porque ha demostrado una adecuada eficacia y mínimos eventos adversos. La fototerapia es un recurso muy eficaz en pacientes en los que las lesiones de psoriasis se extienden en más del 3-10% de la superficie corporal, o en casos más limitados pero que no responden a los tópicos (cremas, lociones o ungüentos). Puede indicarse en forma de monoterapia o combinarse con otros tratamientos”. ¿Cómo se aplica la fototerapia? Si bien el paciente se ubica parado dentro de una cámara con tubos de luz ultravioleta que rodean todo su cuerpo, se procura taparle los sectores de la piel –con protectores solares o prendas– que no necesitan ser expuestos a esta metodología para localizar el tratamiento. PRECAUCIONES. “Como todo tratamiento médico, éste será indicado de acuerdo a cada paciente, su tipo de piel y la enfermedad en cuestión. Por eso es necesario tener una primera consulta para realizar una historia clínica completa”, enfatiza Ubogui. La duración de los tratamientos –todos están cubiertos por los planes de salud obligatorios– es variable. De forma estimativa, se podría decir que en el caso de un cuadro agudo de psoriasis puede durar tres meses con una regularidad de tres veces por semana, entre 10 y 14 minutos de sesión. En el caso del vitiligo, el proceso puede ser más largo. Esto, siempre y cuando el paciente sea constante con el tratamiento.
El paciente llega a la sesión sin ninguna indicación específica previa. Sin embargo, “cuando comienza el tratamiento también entra en un ciclo de cuidado integral en el que debe evitar el exceso de sol. Igualmente, cada uno va a tener una recomendación diferente porque, por ejemplo, puede estar tomando otras medicaciones. Hay ciertas contraindicaciones con grupos de medicamentos como los diuréticos, antiinflamatorios o medicaciones psiquiátricas que pueden producir un enrojecimiento mayor. Aparte de esto, luego de cada sesión, el paciente puede hacer de inmediato su vida normal. No obstante, en el caso de la metodología PUVA, como el paciente recibe una medicación por boca que estimula los rayos ultravioletas, y como los dos únicos órganos que están expuestos a la luz son los ojos y la piel, debe utilizar protector y anteojos con un filtro ultravioleta”, aclara Ubogui. Este último tratamiento también se trata de evitar en chicos menores de 11 años, mujeres embarazadas y en período de lactancia. “Fundamentalmente porque estimula el fotodaño. Con un chico tenemos que ser conscientes de que el resto de su vida tendrá exposiciones solares, importantes o no, que van a hacer acumulativas. En el caso de las embarazadas y mujeres en período de lactancia siempre se evitan los medicamentos por vía oral”, explica Ubogui.
Por su parte, Miriam Saposnik, directora médica de la sede San Martín y Luján de Psoriahue y miembro de la comisión directiva de SOLAPSO, aclara que la fototerapia no es el único tratamiento para estas enfermedades: “Hay un abanico de posibilidades que los médicos tenemos en cuenta para el paciente y están consensuadas por las entidades científicas. Nosotros, como médicos dermatólogos, debemos evaluar cada caso para determinar si es necesario hacer éste u otro tratamiento. En el caso del vitiligo, la fototerapia es prácticamente el único tratamiento que se puede utilizar en los casos extendidos de esta afección”, resume. Por último, los médicos aclaran que como cualquier enfermedad inmunológica, si bien el tratamiento da excelentes resultados, la enfermedad, puede volver a mostrar síntomas. Pero en términos generales tiene un 80% de efectividad que favorece enormemente la calidad de vida de quienes por dolor o por una cuestión estética necesitan curar estas enfermedades. En todos los casos, la consulta con el especialista en dermatología y el abordaje integral en forma multidisciplinaria de estos pacientes permite que la enfermedad pueda controlarse en forma adecuada.
Textos: Lucía Fernández Núñez. Producción: Mariela Raffaelli. Fotos: Claudia Martínez/ Francisco Trombetta.
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