Mantener el color intacto, sin resignar la salud del cabello es la consigna que guía a quienes se tiñen. Para cubrir las canas o cambiar el look, el mercado de la cosmética capilar ofrece múltiples opciones.
Tradicionalmente, el concepto de color estuvo relacionado al teñido de las canas por lo que las mujeres comenzaban a consumir tinturas recién a los 35 años. Pero en la década del 90 se produjo un cambio de hábitos y la coloración pasó a formar parte de las últimas tendencias para estar a la moda. Hoy, las estadísticas indican que una de cada dos argentinas se tiñe el pelo: según estudios realizados por la marca Dove, el 61% se aclara el pelo, el 39% busca mantener su color original y el 16% opta por un oscurecimiento del cabello. Reflejos, claritos, mechas, iluminaciones, tono sobre tono o las clásicas tinturas son alguna de las técnicas de coloración que el 68% de las mujeres de 16 a 65 años de América Latina usaron alguna vez en su vida de acuerdo a una investigación llevada a cabo por Sedal.Cualquier tratamiento de coloración implica la apertura de la cutícula capilar para que el producto penetre y coloree; tras sucesivas aplicaciones, la calidad del pelo se deteriora como consecuencia de la acción de los residuos alcalinos y peróxidos que permanecen. Además, en tanto que la acción de las tinturas se basa en procesos de oxidación que generan color a partir de una reacción química, algunos especialistas advierten que es probable que, a largo plazo, tengan algún efecto nocivo sobre el organismo. Por eso las fórmulas de los productos de coloración se perfeccionaron durante los últimos años. Hoy cumplen una doble función: teñir y proteger el pelo. Extracto de almendras, de palta y de uvas –que reduce la producción de histamina por lo que ayuda a moderar las reacciones alérgicas-, miel, keratina, jojoba, frutos rojos, vitamina E y filtro solar son los componentes que se han incorporado a este tipo de productos. Estos ingredientes preservan los pigmentos y nutren la fibra capilar; además, combaten los rayos dañinos del sol y los radicales libres, principales enemigos del pelo teñido. Según los expertos de Plumari, empresa argentina especializada en el desarrollo y producción de coloraciones capilares, existen cuatro categorías en coloración:
Coloración Semipermanente: se elimina entre los 6 y 20 lavados. Cubre delicadamente las canas. No contienen amoníaco ni oxidante (o lo tienen en muy baja cantidad). Solamente ingresa un 50% de los pigmentos a la corteza del cabello, el resto se deposita en la cutícula. No genera dependencia del color. Cubren el 30% de canas.
Tono sobre tono: no contiene amoníaco sino oxidantes y dura hasta 20 lavados. Cubre menos del 50% de las canas. No aclara el cabello. Recubre el pelo sin modificar su estructura. Los agentes colorantes penetran sin tomar contacto con el centro de la fibra capilar. Sirve para oscurecer, tonalizar o aportar un reflejo diferente. En este grupo están también el henna (pigmento natural) y los tonalizadores sin amoníaco.
Tintura permanente con amoníaco: posee amoníaco, sustancia alcalina que dilata la cutícula. El oxidante libera oxígeno, aclara los pigmentos naturales y revela el color artificial. El número de volúmenes indica cuántos tonos aclara, normalmente estas coloraciones tradicionales poseen agua de 20 volúmenes, lo que significa que podrán aclarar hasta dos tonos, las de 30 volúmenes hasta tres y las de 40, súper-aclarantes, hasta cuatro.
Tintura permanente sin amoníaco: en nuestro país es comercializada por L´Oréal bajo el nombre de Inoa y puede aplicarse solamente en peluquerías. No tiene olor y brinda un color permanente que cubre las canas. Se trata de un concentrado de pigmentos a base de aceite que transporta los colorantes al interior del cabello y permite, con una baja concentración de agente alcalino, que las cutículas del cabello no se abran tanto. Además asegura un confort absoluto, sin picazones ni sensación de calor sobre el cuero cabelludo.
Lo que viene
Devolver el color original al pelo encanecido parece ser hoy un sueño posible. La buena noticia llega de la mano de un grupo de investigadores japoneses de Kao Corporation, empresa dedicada a la formulación y fabricación de especialidades químicas industriales, y de Gekkeikan Sake Company. Los científicos desarrollaron un producto de origen vegetal que estimula la producción de melanina: el pigmento que da color al pelo. Se trata de un shampú que contiene precursores de la melanina. ¿Los resultados de los testeos? Luego de dos semanas y cinco aplicaciones se recupera el color original de forma progresiva.
Texto:MARTA SUSAVILA
Asesoró: Lucas Menéndez, Manager de Wella Studio. Fuente: Plumari www.plumari.com.ar. Informe: Ma. Jimena Barrionuevo
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