Una médica dermátologa nos explica en qué consiste la técnica del "hidropeel", una nuevo recurso para devolverle a tu piel la frescura que perdemos en tiempos de frío.
Dra. Manuelita Elías
El hidropeel es un tratamiento que consta de tres etapas: microdermoabrasión (MDA) con punta de diamantes e hidratación; peeling y una sesión de luz pulsada intensa.
En la primera, se logra la exfoliación de células muertas. Se trata de un proceso que promueve la eliminación de impurezas y puntos negros, otorga una hidratación permanentemente y descongestiona. Así, la piel se mantiene sin irritación.
En la segunda, se realiza un peeling con ácidos, generalmente alfahidroxiácidos (aunque se evalúa dermatológicamente la resistencia y la necesidad de la piel para definir cuáles se emplearán). Se logra una reactivación espontánea de las fibras de colágeno y un aumento de la luz y la tonicidad. Luego se aplica una máscara descongestiva.
Por último, se trabaja sobre la dermis profunda, se realiza una sesión de luz pulsada intensa, que estimula las fibras elásticas y de colágeno -aumentando la turgencia de la piel y disminuyendo las arrugas más superficiales-, se apagan las "arañitas" -por su acción sobre los vasos superficiales- y, junto con el uso de otro haz de luz, se reducirá la presencia de ciertas "manchas".
En síntesis, se trata de un tratamiento que, por su efecto duradero, permite que la piel alcance un color homogéneo, más luz, mayor tonicidad y una buena preparación para una mejor absorción de las cremas que se emplean a diario como, por ejemplo, las hidratantes y los protectores solares.
Se aconseja en todas las edades ya que la piel necesita prepararse el sol y el calor intenso venideros.
Dra. Manuelita Elías, médica dermatóloga, miembro de la Sociedad Argentina de Dermatología.
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