sábado, 24 de septiembre de 2011

El poder de la belleza real

 

¿Qué es ser linda? ¿Qué hace que nos sintamos bien, plenas? No es necesario ser “perfectas”, altas, flacas, rubias, ni encajar exactamente con los modelos que nos imponen desde las revistas o la tele. Un estudio nos demuestra qué lejos está la belleza real de los clásicos 90-60-90. Inspirate y conocé qué significa, de verdad, ser bella.
“Celebramos el Poder de la Belleza Real”. Esa fue la invitación inspiradora de Dove que guió la investigación más grande a nivel mundial sobre belleza. Participaron 3300 mujeres de 10 países y Argentina fue uno de ellos.
En el año 2003, la marca descubrió que “sólo el 2% de las mujeres del mundo se sentía cómoda eligiendo la palabra hermosa para describirse a sí mismas”. Y ese fue el origen del
desafío, una misión que se propone resignificar los valores y discursos asociados a la belleza femenina.

El marco de tu espejo
Nos sentimos exigidas. Los modelos se imponen, abundan, nos invaden. Desde las revistas, el teatro y la televisión, maniquíes que parecen producidos en serie se establecen, día a día, como “el ejemplo a seguir”. Cabe entonces la pregunta… ¿Cuál es la imagen de belleza ideal predominante hoy?
Parecen estar conviviendo dos imágenes poco compatibles entre sí. Por un lado, el modelo de la belleza monolítica ofrecido desde algunos medios que propone -como parámetro- una fachada de muñeca eterna Una idea mercantilizada , donde cada pieza puede comprarse a medida y lista para consumir, con la ilusión de alcanzar un imposible que por definición es inalcanzable. Una belleza que reniega del paso del tiempo y de las marcas que va dejando una vida bien vivida. Una belleza despersonalizada, prefabricada, ficticia y plástica.
Por otro lado, y en línea con los valores actuales de disfrute cotidiano, la espontaneidad, la autovaloración, la vitalidad y la preservación, nos manejamos con una visión más sensible: la de una belleza plural, profunda, con densidad. Que reconoce y celebra lo singular, los matices, la identidad respecto de los demás y a través del tiempo; una que no se construye por sumatoria de partes sino que es integral.
Y vos, ¿en qué espejo te reflejás?

La belleza en números
El dato impacta: el 73% de las argentinas aspira a encontrar su propia definición de belleza y mantener un estilo personal antes de seguir un modelo impuesto.
“Esta belleza real se ha transformado paulatinamente en una belleza integral que involucra nuevas dimensiones como la trascendencia, la autonomía, la sensación de libertad, la confianza, la seguridad, la plenitud, el despliegue del propio potencial y el desarrollo de mejores vínculos, sin resignar la satisfacción y el impacto positivo que genera encontrarse con una buena imagen de sí mismas frente al espejo”, sostiene Ximena Díaz Alarcón, Directora de Trendsity, la consultora de investigación y tendencias que se encargó del estudio en nuestro país.
*La belleza como felicidad. A nivel global, se admite que pasar tiempo con la familia y amigos (80%) y tener buenas relaciones con las personas importantes para las mujeres (79%) son claves para sentirse felices todos los días. En el caso de las argentinas, más de la mitad admiten que realizar un esfuerzo para lucir mejor las hace sentir más felices (58%). Alcanzar el potencial de belleza se identifica como el camino para lograr un impacto mayor y crear un círculo virtuoso, en donde el cuidado de una misma sea una herramienta para celebrar y proponer múltiples logros, además de la capacidad femenina de hacer (no maníacamente sino por elección). El 74% de las mujeres argentinas (el 72% a nivel global) cree que las mujeres más bellas son aquellas que sacan lo mejor posible de lo que tienen.
*Lo bello del círculo virtuoso. La investigación muestra cómo, de a poco, nos acercamos a visión más sensible de belleza: una belleza plural, profunda, con densidad, en línea con los valores actuales de disfrute cotidiano, espontaneidad, autovaloración, vitalidad y preservación. Este nuevo poder integral de la belleza reconoce y celebra lo singular, los matices, la identidad respecto de los demás y a través del tiempo. Una belleza que sabe que de poco sirve un músculo tonificado sin una personalidad tonificada, como tampoco sirve el color de ojos más lindo si en la mirada no hay luz.
“Dove quiere ayudar a las mujeres a alcanzar su máximo potencial de belleza posible para que el cuidado sea una herramienta para promover, gestar, generar, hacer nacer y hacer crecer sus proyectos junto con otros. Para celebrar el poder de esta belleza integral, lanzamos el libro Iluminá tu Belleza, con reflexiones, citas de escritores y películas, pequeños tests y cuestionarios y la historia de 11 mujeres luminosas –desde Patti Smith hasta Silvina Ocampo- que funcionan como guía y fuente de inspiración para que las mujeres la contagien a quienes las rodean”, sostuvo Mercedes Kaminker, Brand Manager de la firma en Argentina.
En este sentido, la belleza, para las mujeres argentinas, no solamente está relacionada con su aspecto exterior. Un 75% admite que la belleza se puede alcanzar a través de atributos que nada tienen que ver con la apariencia. En consecuencia, sólo un 2% se siente a gusto utilizando la palabra “bella” para describir su apariencia, y se sienten más cómodas con la palabra “natural” (36%).
La belleza entendida en este sentido (real, sensible, integral) se convierte en motor de un círculo virtuoso: sentirse bien con la imagen en el espejo, infunde autovaloración y sensación de pequeñas conquistas y misiones cumplidas. En este sentido, a nivel global, un 73% de mujeres admite que sentirse segura respecto de su apariencia es importante para sentirse feliz. En palabras de las mujeres indagadas en este estudio: “la belleza exterior traspasa al interior”.
Por otra parte, el 74% de las mujeres argentinas cree que hacer las cosas que aman (83%), sentirse amadas (82%), gustarse al mirarse al espejo (72%) y ocuparse de ellas mismas (71%) son algunas de las cosas que las hacen sentir más bellas, más felices. En coincidencia, para las mujeres que participaron de la investigación cualitativa, ser bella es lograr una “comodidad interior”, sentirse a gusto consigo misma y el entorno, realizada y con capacidad de seguir proyectándose.
*Cuidar de nosotras mismas: la cara más linda de la belleza. Las rutinas de embellecimiento y cuidado son dosis cotidianas de placer, diálogo sensorial y encuentro con una misma. El beneficio no se vincula sólo con el efecto, sino también con disfrutar el proceso. El 50% de las mujeres a nivel global encuentran placentero el proceso de ocuparse de ellas mismas, mientras que el 63% expresa sentirse mejor cuando se preocupa por y se ocupa de su apariencia.
La tendencia no se lleva bien con los productos de belleza que “tapan” o inhiben lo natural, sino con aquellos que logren una expresión más sana y esencial de lo natural. “Dove cuida a la mujer para que siempre se sienta lista: lista para peinarse, para ponerse lo que quiera, para aprovechar cualquier ocasión imprevista, como una página en blanco preparada para que cada una escriba la historia que desee protagonizar”, afirma Kaminker.
El 6o% de mujeres argentinas (61% a nivel global) busca soluciones simples que las ayuden a sentirse más bellas. No quieren que las soluciones se transformen en nuevos problemas o agentes de malestar, sino que valoran sentirse aliviadas y confortables con las mismas. El tiempo dedicado a estas prácticas tiende a parecer suficiente y satisfactorio: más de la mitad (53%) de las mujeres argentinas dice estar satisfecha con sus rutinas actuales de belleza, y muchas de ellas (61%) mencionan que su rutina de belleza les toma veinte minutos.

Promové. Proyectá. Inspirá. Inspirate. La belleza está en tus ganas, en tu postura, en tu alegría. Está cada vez que te sentís cómoda y feliz. Está en cada sonrisa, en cada logro y en cada momento repleto de amor. La belleza está en vos, animate y descubrila.

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