Las tensiones laborales, sociales y el fragor diario provocan estrés, malestares físicos y emocionales que, a veces, no logran resolverse con la medicina tradicional. En los últimos años, el Reiki se volvió una de las terapias de sanación más solicitadas para recuperar la armonía espiritual. Aquí, las claves de esta terapia alternativa.
El camino hacia el autoconocimiento
La falta de salud no sólo se manifiesta en el cuerpo físico a través de las enfermedades, sino también a nivel emocional, mental y espiritual. Esta práctica no tiene efectos secundarios y es compatible con cualquier otro tipo de tratamiento tradicional, el cual nunca debe ser reemplazado.
Alivia malestares crónicos, como las migrañas, los dolores de cabeza, de espalda, la artrosis, y es utilizado en combinación con la quimioterapia. De esta manera, se ayuda a recuperar el estado natural de equilibrio produciendo bienestar y felicidad.
Además, el Reiki estimula el organismo de manera integral, lo impulsa hacia la autocuración, y puede ser utilizado como método de relajación, porque guía hacia un proceso de autoconocimiento y sanación.
Relax y tranquilidad
En la sesión de Reiki el paciente se acuesta en la camilla, con ropa cómoda y descalzo y debe relajarse mientras el reikista impone sus manos suavemente sobre su cuerpo. En lo posible, el lugar debe ser confortable y con una temperatura agradable, para que el paciente no se enfríe, ya que es posible que sienta cambios de temperatura. Otra cuestión importante, es que si no es posible contar con una camilla puede realizarse sobre una mesa o en el suelo. Además, una suave esencia aromática y una música suave ayudarán a lograr una mejor relajación.
Cabe destacar, que algunas personas sienten un leve hormigueo o un suave calor, aunque la mayoría logran relajarse tan profundamente que llegan a quedarse dormidas.
Una técnica profesional
El Reiki tiene tres niveles de enseñanza, en el primer nivel se aprenden los tratamientos básicos del sistema, donde se conecta con la energía universal, en el segundo, se reciben los tres símbolos sagrados y se profundiza el camino como practicante de Reiki, para llegar a esta etapa nivel es conveniente tener, como mínimo, un año de práctica. El tercer y último nivel es la maestría, donde surge un profundo llamado hacia la enseñanza.
En los últimos años esta práctica de sanación se volvió más masiva que antes, al igual que otras terapias alternativas, debido a una nueva tendencia y una concientización de querer cuidarse más, vivir en armonía y liberarse de las cargas emocionales y energéticas que producen bloqueos y constante tensión psíquica y muscular. Además, la terapia de Reiki fue reconocida oficialmente por la Organización Mundial de la Salud, por sus resultados positivos.
Por Erica Mendicino.
Asesoró: Graciela Tiscornia , reikista y terapeuta floral.
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