En general, no nos gusta ir por la vida pintadas como una puerta. La solución: que el maquillaje se vuelva lo más imperceptible posible. ¡Te contamos como hacerlo!
Que apenas se nos note, esto es lo que queremos cada mañana antes de salir a trabajar: ir arregladas y bonitas pero sin exceso de cosméticos y con un look absolutamente natural.
En primer lugar, ocupémonos de la piel. ¿Cómo darle esa tonalidad mate suave y luminosa? Muy sencillo: mezclamos un poquito de base con nuestra crema y la esparcimos por el cutis. Si, además, necesitamos corregir ojeras agregamos el corrector a la crema y hacemos lo mismo. Finalmente, fijamos con suaves golpecitos de polvo traslúcido. Este último paso conviene realizarlo con una brocha gruesa así logramos un efecto bien difuminado.
Si querés un poquito de color en las mejillas, lo que se aconseja es aplicar rubor en crema de un tono suave. Un tip: lo mejor es pasarlo con los dedos, dándole más intensidad en los pómulos.
Llegó el momento de los ojos. El objetivo es conseguir una mirada despejada y fresca. Para ello, sólo es suficiente delinear con el tono que elegimos y colocar la sombra en el párpado con mayor intensidad cerca de las pestañas, suavizándola a medida que subimos hacia la cuenca del ojo. Fundamental: aplicar máscara en las pestañas superiores desde la raíz hacia la punta, de ese modo quedarán perfectamente definidas y peinadas.
Y terminamos con la boca. Para reforzar el estilo fresco y casual, te sugerimos elegir un labial en tono caramelo o, mejor aún, brillos rosados o cerezas. En este caso, no es conveniente usar el delineador.
Ahora sí, lista para enfrentar el día. Vos, ¿tenés algún secreto para maquillarte? ¡Contamos!
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