miércoles, 13 de julio de 2011

Tips para evitar las odiadas contracturas musculares

Caracterizadas por la contracción permanente e involuntaria de un músculo, estas molestias que aparecen cuando la exigencia es extrema, pueden ser causa o consecuencia del dolor de espalda. Cómo atenuar el dolor y evitar que se vuelva crónico
Ya pasó la primera mitad del año y el cuerpo de poco comienza a resentirse y cansarse. Es que todo -tanto la actividad física que se realiza como el sedentarismo obligado por razones laborales- es perjudicial para los músculos y los nervios.
La clave, entonces, está en encontrar el equilibrio y comenzar a hacer algo para estar más saludables. En este sentido, y dado que entre las dolencias y molestias musculares más frecuentes se encuentran las contracturas, de acuerdo con los especialistas, el primer paso para evitarlas es comprender qué es una contractura y por qué se desarrolla.
Una contractura se genera debido a la contracción permanente, persistente e involuntaria de un músculo. Esta molestia aparece, en líneas generales, cuando el músculo es sometido a un mayor grado de exigencia del que puede tolerar.
Si bien por lo general se cree que las contracturas son consecuencia del dolor de espalda, lo cierto es que aunque algunas anomalías de la columna vertebral efectivamente generan contracturas, éstas también pueden ser el origen del dolor de espalda.
Cabe destacar que las contracturas también pueden desarrollarse por alteraciones o desequilibrios generados en la musculatura, que hacen que determinados grupos de músculos trabajen más de lo necesario.
Cuando la contractura es muy intensa y persiste en el tiempo, lo más conveniente es comenzar a indagar en los antecedentes para ver si puede estar pasando algo. También se puede aliviar un poco el cuadro con algún antiinflamatorio y, eventualmente, si el dolor merma, comenzar paulatinamente con algunos ejercicios de relajación y elongación que ayudan a aumentar la irrigación y por ende, alivian los cuadros”, comentó el doctor Alejo Vernengo Lezica, médico traumatólogo, consultor en el área Desviación de Columna y Escoliosis del Hospital Central de San Isidro y del Hospital de Niños de San Isidro.
“Contrariamente, cuando la contractura es leve o se trata de uno cuadro típico de la persona, el ejercicio es prácticamente la primera opción, porque de lo contrario lo que se hace es contribuir cada vez más a incrementar la molestia y a que los músculos y articulaciones se endurezcan cada vez más. La idea es que la persona haga su vida y cumpla con sus actividades cotidianas”, refirió el especialista.
Cuando la contractura provoca el dolor de espalda, es porque se activaron directamente los nervios del dolor que están en el músculo en cuestión, desencadenando de esa forma el dolor de espalda. Por otro lado, hay un segundo mecanismo que favorece que la contractura persista. Éste se presenta cuando el músculo contracturado comprime una arteria disminuyendo su riego sanguíneo. Esta situación genera un círculo vicioso, porque cuanto menos irrigado está un músculo, mayores serán las probabilidades de que persista en esa situación”, explicó por su parte el doctor Horacio Cufré, biofísico.
“Si bien las contracturas pueden aliviarse con analgésicos y antiiflamatorios -sin mencionar que en los casos más avanzados o en cuadros agudos también suele recurrirse a los corticoides- muchas veces estos tratamientos sólo mejoran el grado de dolor pero no llegan a la causa de la molestia“, agregó el especialista, también director general del Centro TOB Alternativa, una institución en la cual se abordan patologías que tienen algún componente de autoinmunidad, regularizando alguna función alterada.
“Por eso lo más conveniente es hacer hincapié en la prevención, en el marco de la cual es fundamental realizar actividad física pero también cumplir con una rutina de ejercicios de estiramiento, como mínimo dos veces por semana. También es importantísimo reducir el nivel de estrés, llevar adelante una dieta sana y por supuesto evitar el sedentarismo”, consignó el doctor Cufré.
Algunas medidas generales para evitar problemas en la columna:
- Evite quedarse mucho tiempo sentado o parado
- Procure utilizar calzado cómodo y confortable no sólo para realizar actividad física sino también para cumplir con las actividades cotidianas
- Evite los tacos de más de 5 ó 6 centímetros
- Para sentarse elija sillas que tengan el respaldo firme, pero que ofrezcan la posibilidad de reclinarse
- Si tiene que levantar peso hágalo sin doblar la columna. Simplemente agáchese como si estuviera en cuclillas, doblando las rodillas y manteniéndolas cerca del cuerpo

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